Existen momentos, buenos y malos.
Existen las condiciones y circunstancias que determinan que lo sean,
Existen días, en los que no te sientes con la confianza suficiente para salir al mundo, días en los que te sientes pequeño y perdido, donde sólo quieres acostarte y llorar.La frustración siempre está escondida, y sale a la luz cuando la situación lo demanda. Cuando eso ocurre, se tiene que respirar profundo, calmar las aguas, y pensar, todo pensamiento se lleva mejor a través de la calma.
Llora, grita, ten tu día para dejar escapar la frustración de tu sistema, nadie te lo va a reprochar; pero al siguiente día, levántate con más fuerzas y lucha.
Los malos días, no son perennes, está en ti, decidir si te estancas o avanzas.