Tiempo

413 41 45
                                    

Inspiración a full con esta belleza de video

****************
La música jazz sonaba lenta y relajada a pesar de que el ambiente sólo era llenado por el olor de la cerveza y la nicotina de cualquier tabaco a boca de los hombres que eran los únicos clientes en una noche tan fría como esa. Las caras malhumoradas y los pequeños murmullos de colegas hablando después de unas largas jornadas de trabajo hacían más depresivo de lo que ya estaba el salon mientras las mujeres servían y coqueteaban con los clientes solitarios como parte de su salario

Una mano enguantada en blanco tomaba ya de su sexto vaso de vodka en lo que llevaba la noche; doce y cuarto, marcaba el reloj de pared detrás de la barra del barman. ¿Pero eso a quien le importaba? Su colega no estaba, nadie lo esperaba en su departamento, estaba más sólo que el desierto de Sáhara, era su momento de embriagarse hasta no saber que pasó en el día de mañana

Pero claro, ya todo el barrio lo conoce y eso sólo significaba que alguien lo cuidaba a la distancia

-Mugs, deberías descansar

-Ahora no, Betty

La taza azulina volteó hacia la amigable y bella mujer de nombre completo Betty Boop, cuya belleza era envidiada por todas las mujeres existentes en la ciudad. La joven era de por sí simpática, amigable, de buen cuerpo, risueña y de fuerte carácter, la mayoría de hombres estaban detrás de ella en un intento de robar su corazón pero fallando en vano. Aquella mujer no se dejaba doblegar por nadie

Y Mugman la admiraba tanto por eso, por que se ganaba la vida con su bar en unos tiempos en donde veían a la mujer como simples máquinas que hacen de todo y nunca se cansan. Betty era, simplemente, una muy querida amiga suya. Amiga que le estaba arrebatando su vaso junto a la botella que ya casi iba por la mitad

-Es suficiente, dije. ¡Mira como estas! Espantas a mis clientes

-¿Me estas llamando feo indirectamente?

-Mugman, por dios, ya no te dejaré venir

-¿Y si te pago con unas cuantas noches de luna llena?

La jarra le guiño un ojo a la mujer que no mostró expresión alguna en su rostro a pesar de sus palabras de doble sentido; llevaban ya buen tiempo conociéndose y aquellas bromas no se podían evitar en su bonita amistad ya como algo habitual entre ellos. Por supuesto, nunca habían llegado a eso

-Vete a casa, ahora

Finalizo la joven, dándole la espalda a su contrario para poder guardar la botella en un lugar donde la jarra no logrará localizar, ¿pero en donde? Mugman ya conocía todo el salon, se podría decir que más que ella

Mugman tan sólo suspiro resignado, pagando lo que le debía a su amiga y tomar su saco negro, dispuesto a irse a su departamento

-¿Cómo va el contrato?

Sus pasos se detuvieron ante la pregunta de la mayor, mirando de reojo su brazo derecho tapado por su camisa de manga larga color negra, cosa que hizo que comenzará a arder ese jodido sello camuflado como tatuaje por todo su brazo, desde la muñeca hasta el codo; cada vez que le ponía atención a ello simplemente le ardía como el infierno, aunque claro, ya estuvo ahí antes un par de veces así que estaba exagerando

-Ya casi pago mi sentencia

Respondió a la pregunta ajena a lo cual Betty suspiro de una forma ligeramente aliviada, haciendo que Mugman se le olvidará ese horrible ardor al voltear y ver la sonrisa amable que le regalaba su amiga

TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora