El libro de los Virtus: Un día bajo el manto carmesí

Prólogo

Yo soy Omalex Regis, de los Regis de Rigen Port, no de los Regis de Biggrand, no sólo son dos países distintos, sino que, las cosas en Rigen Port son distintas a las de esa capital del caos... si, me refiero a Biggest, capital de Biggrand, así como mis primos, son unos caóticos de primera con toda esa cantaleta de ser una familia de "categoría A" o algo por el estilo, recuerdo todo ese cuento por mi padre, que siempre me advirtió de tener cuidado con ellos, sobre todo con mi tío.

Pero esto que les contaré no tiene nada que ver con eso, seguramente en otra ocasión me concentraré en ello, pero hoy no es el día, en esta ocasión les contaré cómo es vivir un día visto con mis ojos, les aseguro, será emocionante, siempre y cuando sea uno de esos días que suelo vivir.

Aún hay algo que debo contarles, casi lo olvido, soy un Virtus, quiere decir que tengo una virtud, mi virtud es Ignem, quiero decir que tengo la habilidad de generar fuego y manipular el calor del ambiente, claro, esta peculiaridad es muy propia de mí, tengo otras habilidades, pero las utilizo muy poco, y eso es porque están "bloqueadas" en mi mente, pero de eso lo trataremos otro día. Pertenezco al clan Ignem, que está bajo el mando de Marcus Burn, es un tipo enorme... creo que mide más de dos metros, muchos músculos para mi gusto, no entiendo cómo puede moverse con toda esa masa muscular encima, pero es muy carismático, debo aceptarlo, casi un motivador, a pesar de tener un aspecto que podrías desconfiar de él.

¿Eh? ¿Qué como soy yo? Es muy sencillo de explicar, mido menos de dos metros, apenas llego al metro ochenta, mi cuerpo es atlético gracias al constante ejercicio que me someto, intento no tomar mucha masa muscular de lo contrario no podría moverme con la libertad con la que lo hago... ya les explicaré más tarde, tengo una melena... momento, me corté el cabello hace un par de días, así que diré que tengo el cabello corto, con varios mechones por delante que me quedan a la altura de la nariz, pero no me molestan la vista en absoluto, mi cabello es rojo, uno bastante encendido en ocasiones, pero mis ojos son opacos, muy opacos a diferencia del rojo de mi cabello.

Ya que me has reconocido mejor, te mostraré lo que significa vivir un día conmigo.