Carta a mi Crush

Mi primera y última carta.

Hola.

No sabes quién soy, lo sé.

Sé que antes de abrir este sobre buscaste el nombre del remitente y no lo hallaste.

Sé que te sientes confundido en estos momentos; la verdad, yo también lo estoy.

Pero es propio del ser humano, ¿verdad? Sentir confusión, miedo, amor... todo lo que me haces sentir tú.

He intentado tantas cosas por hacerte entender que me gustas, que estoy enamorada de ti, que me muero por recibir un poco de atención de tu parte. Sin embargo todos mis intentos han sido en vano.

¿Conoces la leyenda del hilo rojo? Probablemente no, te explico: se dice que todos los seres humanos nacen con un hilo rojo atado a su meñique, del otro lado de este se encuentra otra persona, la cual es quien está destinada a ser el amor de tu vida.

Hace mucho, existió un emperador el cual mandó a una bruja a buscar el otro extremo de su hilo. Este la llevó a un mercado, y se dirigió hacia una mujer ordinaria quien llevaba una bebé en sus brazos. El emperador al creer que se trataba de una broma, empujó a aquella mujer y la bebé cayó, causándole así una grave herida en su frente.

Al cabo de unos años, el emperador iba a casarse, y al llegar el día de la boda, levantó el velo de su futura esposa la cual apenas iba a conocer. Enseguida notó que la hermosa joven tenía una cicatriz en su frente, allí fue cuando entendió que se trataba de la bebé de aquella vez.

Es linda ¿cierto? Pero no es todo; la leyenda termina con una frase la cual dice: "En tu vida existen dos amores; la persona con quien te casarás y pasarás el resto de tu vida, y el amor el cual es tu verdadero hilo rojo." Pienso que son muy pocas las personas que tienen la oportunidad de encontrar a sus dos amores en una misma.

Siempre he creído que mi hilo rojo eres tú.

Ha pasado tanto tiempo desde que te ví por primera vez; estabas tan lindo ese día, quien iba a pensar que aquel chico el cual me parecía "algo tierno", ahora sería aquel que ocupa mi pensamiento día y noche.

De no haberte visto ese día, jamás me hubiese metido en tantos líos, pero ¿sabes qué?, no me importa. Porque gracias a ello pude conocer lo que es estar enamorada de verdad. Experimentar todos los estados que esto me causó fue hermoso.

Amarte me hacía feliz.

¿"Hacía"? ¿Por qué lo digo en tiempo pasado?. Pues una vez que jugaras conmigo... es difícil verte y que todo mi mundo se ponga "patas arriba", cuando para ti soy una chica más, alguien cualquiera, a quien ilusionaste y heriste por simple diversión.

Tú no sabes cómo me sentía al ver que en verdad yo no te importaba. Todos esos cumplidos y palabras bonitas no las decías en serio. Y soy consciente de eso.

Lo que más me duele es haber creído que tenía una oportunidad para estar contigo, para hacerte feliz, para ser aquella chica por la cual sintieses cosas difíciles de explicar con palabras.

¿Qué gracioso no?

Me quedó de lección la frase: "Nunca des tanto por alguien que no da nada por ti."

No tiene caso preguntarte si debería seguir intentándolo o simplemente dejarte seguir con tu vida, ya que aunque desaparezca de tu vista, yo seguiré sintiendo lo mismo por ti.

Mis sentimientos hacia ti siguen intactos, y seguirán estando así por mucho tiempo más. Hagas lo que hagas, no podrás cambiar eso.

Seguramente ahora mismo estás pensando: "¿Qué más da? Es sólo una chica ilusionada, se le pasará en un tiempo y en el futuro se estará riendo de que escribió tantas cosas para mí."

Desearía que fuese así, pero lastimosamente no somos dueños de nuestras emociones, yo no decido si amarte o no.

El amor es muy complicado, nadie lo entiende, nadie sabe exactamente qué es lo que lo provoca o cómo hacer para terminar con un sentimiento así de fuerte.

Lo único que tengo claro sobre el amor, es que si te preguntan por qué te gusta una persona, y sabes la respuesta en ese instante, no es amor sino simple atracción; pero, si te preguntan por qué amas a alguien y te quedas sin palabras, allí es cuando en verdad te has enamorado.

Tengo claro que lo que siento hacia ti es amor.

Demonios, no es fácil para mi hacer esto. Pero debía hacerlo, necesitaba decirte todo por el simple hecho de que me estoy rindiendo.

Es estúpido creer que por una simple carta cambiarás de opinión, pero no podía quedarme sin hacer nada. Hice todo lo que estuvo a mi alcance por ti, y eso me es suficiente.

Sólo espero que algún día encuentres a la persona por la cual sientas todo lo que yo siento por ti.