Un poco de sueño

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-¿¡Donde se supone que queda el área de juegos?!-Grito yeiden desesperado, llevábamos 15 minutos buscando ese lugar para comprar alguna espada de juguete, además, el ha estado cargándome todo el tiempo y acepto que, aunque no soy gorda, tampoco soy de lo más ligera.

-Oh, no lo se, quizá si me hicieras caso y preguntáramos a alguno de los empleados-Respondí con fastidio recargando mi cabeza sobre su hombro.

-No no no, ya te dije que no necesitamos hacer eso, lo encontraré, soy un hombre.

-Claro, los hombres tienen un GPS integrado o algo así.

-De hecho si, tenemos un instinto superior que nos ayuda a encontrar los lugares sin ayuda-Respondió enfatizando en estas dos últimas palabras.

-¿Superior? ¿Superior a que?

-Y...¡Mira donde estamos!-Dijo deteniendose en frente de un pasillo
"Juguetería" decia en un cartel que colgaba de uno de los anaqueles.

-Si si, como sea, tardaste 15 minutos en encontrarlo.

-Eres una agua fiestas... "Gracias yeiden" "No tuve que caminar gracias a ti" "Ahora podremos asesinar a los que comen pizza con piña" "Eres mi heroe" ¿No podrías decir alguna de esas cosas?

-Nope, ahora calla y apuremonos a buscar esas espadas.

Baje de la espalda de yeiden y caminamos por el pasillo en busca de las famosas espadas de luz, un típico juguete para imaginar que eras un guerrero espacial, era el artefacto perfecto para la ocasión. Entre la búsqueda encontramos unos cuantos juguetes que nos llamaron la atención, pero ninguno que pudiera matar a una persona.
Al final del pasillo había una caja con algunos empaques de plástico que, por la posición en que estaban, no me dejaban ver su contenido.
Me acerque a investigar lo que era y encontré unas espadas algo largas y, a mi parecer, bastante útiles.
Pero no tenían luces...no brillaban, eso era malo, parecía que se acababa de romper la racha de coincidencias que durante el día nos habían estado ocurriendo.
De igual manera llame a yeiden, quien vino rápidamente, al verlo note que tenía una máscara de dinosaurio puesta, de tal manera que cada que abría la boca, esta se abría con el dando la impresión de un rugido.
Solté una risa descontrolada, se veía demasiado extraño.
En reacción a esto, el sólo hizo una seña de garras con sus dos manos y soltó un:

-Roaaar

-Y-yeiden-Dije intentado controlar mi risa- Ahora eres un dinosaurio, Es increíble.

-Así es, quien me vea temblara de miedo.

-Tienes razón, y más si llevas contigo esta espada-Respondí mostrándole lo que había encontrado.

-Wooaaah, Son geniales-Respondió el tomandola en manos.

-Lo son, y ya que tu me estas ayudando a eliminar a los infectados para salvar el mundo, tendremos que usar apodos para que no nos reconozcan.
Tu serás, capitán dinosaurio.

-Y tu serás, Capitana kiwi.

-¿Porque kiwi? Nunca he probado esa fruta.

-No es una fruta, es un animal, uno muy adorable.

-Esta bien, ahora vámonos.

Corrimos entre los pasillos, otra vez yeiden me cargaba, pero ahora yo sólo me sostenía de el con una mano y con la otra alzaba la espada, el llevaba la suya en su mano, y seguía con su máscara de dinosaurio.
Un niño del super mercado nos vio y escuche al pasar que le pregunto a su madre
"-¡Mama, mamá! ¿Son superhéroes?"
Antes de que nos alejaramos más, grite en contestacion:
"-¡Si niño, somos capitán dinosaurio y capitana kiwi!"
Solté una carcajada tras decir eso.
Llegamos a la caja y pagamos los juguetes, después salimos corriendo de nuevo entre las calles, y volvimos al restaurante.
Oh, ¡Que pena! La pareja ya se ha ido, y el resto de las personas en el restaurante no comen nada que tenga piña.

CatarsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora