Nueva Ciudad

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-¡Chicos arriba, salimos en media hora!- anuncia Cherry desde el otro lado de la puerta.

-Umm... no quiero, me quedo aquí.- sentenció yo dándome media vuelta en la cama.

-Dana, no empecemos, por favor.- dice Niall destapandome.

-Madrugar es una tortura horrible.- resoplo mientras me pongo de pies, aún con los ojos cerrados.

-Luego en el avión duermes lo que quieras que por tiempo en uno no será.

-No lo dudes.

Después de vestirnos, nos montamos en el taxi rumbo al aeropuerto. Cuando llegamos decidimos facturar primero y después ir a desayunar ya que ninguno lo había hecho.

-Que ganas de dejar este frío verano para adentrarnos en el caluroso invierno de Australia.- Comentó Cherry emocionada mientras daba un sorbo a su té verde.

-Hoy va a haber una máxima de 31 grados aquí.- Le corrigió Violet.

-Bueno, comparándolo con Australia, eso es frío.

Nos acercamos al panel de los vuelos ya que el nuestro tendría que estar al salir. Efectivamente " vuelo con destino: Frankfurt puerta 4". Nuestro vuelo no era directo ya que no existe ninguna compañía que haga Inglaterra-Australia ya que el combustible no da para un viaje tan largo, así que tenemos dos escalas antes de llegar. 36 horas de viaje. Que ganas.

- Pasaporte.- nos dice el hombre de seguridad antes de poder entrar al avión.

Todos sacamos nuestros pasaportes y se los dimos.

-Paige...-empezó a decir mientras repartía los pasaportes de vuelta.- Evans... Horan... Myers... Archer y Styles. Anda te apellidas igual que es cantante favorito de mi hija.- Dijo simpáticamente el segurata.

-Si casualidad.- dije yo evitando ponerme nerviosa.

-Tía, ¿por que no le has dicho que es tu hermano? Fijo que nos hubiera puesto en primera clase.- Me preguntó Lena cuando ya estábamos lo suficientemente lejos del segurata.

-Sabes que odio que me relacionen con él.- Puede parecer que me llevo mal con él, pero todo lo contrario, mi hermano y yo éramos uña y carne solo que no me gusta que me relacionen con esa faceta de él.

-Pero por unos asientos en primera clase lo que sea.- dijo mientras se alejaba hacia el grupo que estaba delante nuestro.

-Ni caso, déjale soñando con que eso podría pasar.- me dijo Margot con una sonrisa.

Nos montamos en el avión y nos pusimos cómodos ya que iba a ser un largo viaje.


36 horas, dos escalas y unas cuantas siestas después, ya estábamos en Sydney.

Nos montamos en dos taxis y les dimos la dirección de la casa que había alquilado para toda mi estancia allí.

Al fin llegamos a casa. Mi nuevo hogar. La casa era un piso de estudiantes bastante normal. Dos habitaciones, un cuarto de baño, cocina y lo mejor de la casa, el salón. El salón era espectacular con decoración, en gran parte de madera que le daba un toque hogareño, minimista en tonos marrones y blancos, tenía una pared entera de cristal. La parte más impresionante no era solo eso, sino las vistas que tenias a través de ese cristal. Un acantilado. Ver romper las olas, el sonido del mar. Las cosas más relajantes del mundo juntas delante de mi casa. Menuda fantasía. Podría tirarme todo el día mirando a través de esa ventana.

Nos repartimos las habitaciones: la principal para Niall y para mi, no tuvieron mucho que objetar; la segunda, se la estuvieron disputando ya que solo había dos camas y las otras dos tendrían que dormir en el sofá cama del salón, que era bastante bueno pero ellas no lo sabían.

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