Esquizofrenia 2

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Bases del diagnóstico de la esquizofrenia.

En la actualidad, el diagnóstico de esquizofrenia se realiza a través de la historia clínica del paciente y de la información de los familiares y compañeros. Es decir, como sucede con otras enfermedades, se diagnostica según unos criterios clínicos, una vez descartadas otras enfermedades (con diversos análisis y pruebas de neuroimagen).

No existe una prueba específica cuyo resultado positivo confirme el diagnóstico de esquizofrenia o el negativo lo descarte. A pesar de ello, existen una serie de exploraciones que, en cualquier paciente en quien se sospeche esta enfermedad, pueden ayudar al diagnóstico y al pronóstico de cada caso.

El diagnóstico de la esquizofrenia sigue estando basado en la historia clínica y en el examen psicopatológico. Para aportar mayor validez y fiabilidad al diagnóstico se dispone de criterios operativos consensuados por la comunidad científica, tales como el CIE-10 de la Organización Mundial de la Salud. 

Se ha observado que estos enfermos suelen presentar menor rendimiento en ciertas pruebas neuropsicológicas, sobre todo en aquellas que requieren atención, memoria y capacidad de planificación.

El reto de la psiquiatría actual consiste en identificar marcadores biológicos que permitan objetivar el diagnóstico clínico y predecir la respuesta al tratamiento. Para progresar en ese sentido se cuenta con nuevos sistemas de diagnóstico por la imagen.

¿Cómo evoluciona la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una enfermedad con tendencia a la cronicidad. Suele empezar por una fase que puede durar días, meses, o incluso años, en la que aparecen cambios mínimos en el carácter, disminuye el rendimiento escolar, aumenta la ansiedad y se produce cierto aislamiento social.

Puede existir, aunque no siempre, algún estresante ambiental (muerte de algún familiar, entrada en la universidad, consumo de sustancias tóxicas) que facilite la aparición del primer episodio psicótico, en el que generalmente predominan los llamados síntomas positivos, aunque existe algún tipo de esquizofrenia en la que estos síntomas no aparecen nunca.

Cuando aparece el primer episodio psicótico puede ser necesaria la hospitalización del enfermo y la instauración del tratamiento que tendrá que seguir de forma prolongada. Tras la remisión del episodio, el enfermo puede conseguir buena adaptación en la esfera laboral, social y familiar.

Con el tiempo pueden aparecer recaídas, o los síntomas pueden no remitir en su totalidad, aunque es más frecuente que, a la larga, los síntomas positivos no sean tan destacados como los negativos. Estas recaídas, de producirse, suelen ser más leves y en menor número si se consigue, con la ayuda de la familia y del equipo médico, que el enfermo sea consciente de la enfermedad y de su control terapéutico. La evolución puede ser diversa tras un primer episodio.

Evolución cronificada (43%)
Ausencia de recaídas (22%)
Recaídas (35%)

Son factores de buen pronóstico:

º Mantener un ritmo de vida con cierta estabilidad de horarios laborales y de sueño.
º Evitar el consumo de sustancias tóxicas, etc.
º Cumplir de manera estricta la medicación y los controles.
º Tener un inicio tardío.
º Tener una buena adaptación previa, con inicio agudo, coincidiendo con factores vitales estresantes.
º Responder bien a la medicación.
º Pertenecer al sexo femenino.
º No tener antecedentes familiares o un historial familiar de trastornos afectivos (depresiones, trastorno bipolar).
º Pertenecer al subtipo paranoide, con predominio de síntomas positivos.
º No presentar alteraciones en la neuroimagen y tener buenos resultados en las pruebas neuropsicológicas.

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⏰ Last updated: Jan 26, 2019 ⏰

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