Pistas de San Valentin

San Valentin

Había un sin fin de cosas que molestaban de sobremanera a Loki; la suciedad, el desorden y las estupideces de Thor; sin embargo, nada de eso superaba a su adversidad de ser despertado temprano.

El Dios de las travesuras, soltó un gruñido contra su colchón y se cubrió la cabeza con la almohada en un intento de ignorar el molesto escándalo que había al otro lado de su puerta.

La noche anterior se había desvelado, como era de costumbre; leyendo uno de sus libros favoritos de hechicería, por lo que se sentía irritado por el ruido tan temprano.

Cuando el escándalo por fin cesó, Loki soltó un suspiro y puso la almohada de nuevo debajo de su cabeza para volver a conciliar el sueño; sin embargo ese plan se vio interrumpido por un estruendo en su puerta seguido por la luz cegadora del sol de la mañana que cayó en su cara justo cuando alguien abrió con brusquedad las cortinas de su habitación.

-¡Muy buenos días, amado hermano mío!- gritó Thor de muy buen humor antes de apartarse de golpe cuando una daga le pasó rozando la mejilla.

Los ojos de Loki, brillantes como esmeraldas, chispeaban odio tan puro hacia el rubio que éste juró ver un aura de ira rodear a su adorable hermanito.

-¡¿Cómo te atreves a despertarme tan temprano y de esa forma Odinson?!- gruñó Loki conjugando un par de dagas más mientras salía de la cama hecho una furia.

-Pe... Pero casi es mediodía y es día de san Valentín- habló el rubio tratado de buscar algo con que cubrirse en caso de que su amado decidiera apuñalarlo de verdad. Para su suerte, Loki se detuvo cuando escuchó ese término tan poco familiar y la curiosidad perspicaz brilló en sus ojos.

-¿día de qué...?

-De San Valentín o Los Enamorados, es una tradición de Midgard....- Empezó a decir Thor cuando otra daga pasó volando muy cerca de su oreja y se clavó en la pared.

El rubio miró de reojo los pocos cabellos que habían sido cortados y tragó con fuerza mirando como su hermano le dedicaba una aterradora y tierna sonrisa.

-Mi querido Thor... Me estás diciendo que me despertaste por una estúpida tradición de Midgard?- Preguntó el menor peligrosamente mientras se pasaba la daga que le quedaba de una mano a otra con los ojos cerrado y formando una maligna sonrisa de oreja a oreja.

Thor sintió un poco de sudor frío en la nuca y recordó la primera vez que se enfrentó a una serpiente gigante en una de sus excursiones. En aquella ocasión debió escoger sus movimientos con sumo cuidado pues aunque hermosa, la bestia era astuta y letal.

-¿Y bien?- Preguntó Loki abriendo los ojos lentamente. Los ojos azules de Thor se perdieron en los verdes de su amado y aunque se sentía hechizado, debía concentrarse si no quería ser asesinado ese día sin antes cumplir su objetivo:

-No exactamente- trató de decir de forma convincente -Verás... Los muchachos me dijeron que en este día se le deben dar regalos a la persona que amas y yo preparé algunos para ti.

La molestia de repente desapareció de los ojos de Loki mientras este recargaba su peso en un pie y se cruzaba de brazos con elegancia.

-Regalos ¿eh? Bueno y... ¿Dónde están?- Preguntó el Dios de Las Travesuras ahora con una sonrisa pícara en los labios. Odiaba ser despertado temprano pero podía dejarlo pasar si era para recibir un regalo.

-Bueno... Debes encontrarlos- Thor sonrió con orgullo al ver que había logrado apaciguar a la bestia... Es decir a su hermano -Los he esparcido por todo el castillo y tendrás que dar con ellos antes del fin del día.

-Eso suena mucho a algo que hubiéramos jugado de niños- Dijo Loki levantando una ceja. Debía dimitir que se sentía intrigado pero no podía esperar que aquello fuera un reto mental si Thor lo había preparado.

-Si, algo así. Dejaré que te vistas, tu primera vista se encontrará en el comedor junto con tu desayuno- Sonrió el rubio antes de irse rápidamente.

Loki frunció el ceño, personalmente prefería volver a la cama, pero dudaba que pudiera conciliar ya el sueño, además, tenía curiosidad sobre lo que había organizado Thor... pero sobretodo, tenía hambre.