Thiago

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2.Thiago

La practica terminó y al llegar tarde tuve que quedarme tiempo extra en la piscina, practicando duro para proximos campeonatos.

Me fui de vuelta al camarín y cuando estaba sacando la ropa de mi casillero una voz masculina y ronca me sorprendió detras de mí.

-Hola linda

-¿Que quieres?- respondí cortante.

-Ay, la gatita tiene garras.- dijo Thiago que ya estaba vestido... casi ya que no llevaba pantalones, solo sus boxers y una polera.

-Gatitas serán tus novias nocturnas.

-¿Y no te gustaría ser una de esas... novias nocturnas?- ¿Me estaba preguntando si quería tener sexo con él?

-No, no y NO.

-¿Por qué no? Si al final lo pasarás estupendo. Soy muy bueno en la cama.- dijo alzando las cejas con arrogancia.

Se acercó y puso sus manos a cada lado de mi cara apoyandose en los casilleros que estaban a mi espalda, dejándome en una posición totalmente débil.

-¿Q-qu-que es-estas hac-haciendo?

Mis latidos se aceleraron pero no por pasión o algo parecido... por miedo. Tenia miedo.

El rubio acercó su rostro al mío y sin previo aviso unió sus labios con los míos salvajemente.

Yo traté de alejarme, pero los casilleros en mi espalda me lo impidieron. Tenía los ojos abiertos como platos mientras él trataba de adentrar su lengua en mi boca con brusquedad.

Volteé el rostro a la derecha lo que nos dió algo de distancia entre nosotros.

Yo solo estaba en mi traje de baño entero y al estar mojado me empezaba a enfriar. Era eso o se me puso la piel de gallina con el beso.

-¡¿Qué se supone que haces?!- le grité a Thiago al tiempo que le daba un sonoro golpe en la mejilla.

-El sexo es algo permitido en este orfanato, Scarlett.- eso era cierto; se creía que aunque nos dijeran que no podiamos igualmente, lo hariamos. Ademas estabamos abandonados por lo que para algunos el sexo podía ser una técnica anti-depresiva.- no seas tan mojigata y ven conmigo una noche.

Antes de que pudiera responder me subió a su espalda y empezó a correr por el pasillo, que lamentablemente estaba vacío, a no se donde.

*********

Después de 5 minutos de gritar sin descanso y golpear la espalda de mi secuestrador constantemente se detuvo frente a una puerta.

No me gustaba lo que estaba por venir.

Me bajó y me tomó de la muñeca al unísono en que me adentraba a su habitación, que para mi mala suerte estaba tan abandonada como el pasillo.

Cerró la puerta con llave y atrapando mis mejillas con las manos, me comenzó a besar nuevamente en los labios dejandome sin escapatoria alguna.

Como yo no quería darle acceso a su salvaje lengua, bajo sus manos a mi trasero. Lo apretó con fuerza posesiva haciendo que un gemido escapara de mis temblorosos labios dejandole un espacio para poder explorar mi boca.

Lo único que quería era escapar de aquella habitación que por alguna razón me daba temor por su aspecto.

Paseo su lengua por mis dientes y acarició mi paladar gustosamente como si yo fuera suya.

Me empujó a una cama y me tiró sobre ella, para después situarse sobre mí.

Thiago subió una de sus manos, que seguían presionando mi trasero acercandome a él en lo mas posible, a mi cabeza y la empujó contra la suya.

El rubio me estaba saboreando con tales ganas que me daba asco de solo saber de que eso no le bastaba. Él querría más, mucho más.

Era mucho más fuerte que yo por lo que mis posibilidades de salir de allí virgen aún eran todavía nulas.

De la nada sus labios ya no estaban sobre los mios si no que ahora se encontraban besando mi cuello con pasion. Mordió, chupó y juguetió con mi cuello y clavícula a su antojo provocandome escalofrios.

Después de un tiempo de enredar mi cabello con sus manos procedió a meter una por debajo de mi bañador y empezar a jalarlo hacia abajo.

-Thiago, dejame en paz.- traté de decir con firmeza, pero solo salió como un susurro de suplica a lo que él rió.

-Shhhhh... Slett, solo dejate llevar y verás que lo pasarás increible.

-No quiero.

-Que lástima porque yo sí.

La situación no era romántica ni mucho menos. De hecho estaba lejos de serlo; a cualquiera le gustaría decir que perdió la virginidad con el amor de su vida después de una cena romántica o de hablar de su futuro y de cuanto se amaban, pero no, yo tenía que terminar en la cama del mujeriego de mi orfanato.

*******

Desperté en la cama de Thiago totalmente adolorida de la entrepierna y recordé toda la noche anterior. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo cuando recordé sus palabras:

-Esta no será la ultima vez.-mencionó Thiago con una sonrisa traviesa.

Tomé mi bañador y me lo puse rápidamente para luego salir corriendo de aquel lugar.

Ahora quería ser adoptada o transferida de orfanato lo antes posible.

NO SOPORTARÍA NI UN SEGUNDO MAS CON THIAGO EN EL ORFANATO.

Thiago en multimedia.

Searching a perfect lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora