Hoy me desperté agitada, el sueño no fue para nada grato y tuve muchas pesadillas sobre cosas que ni siquiera conozco, supongo que es normal, en mi adolescencia solía pasarme cuando estaba estresada o cuando comía demasiado antes de dormir.
Por la mañana me levanto, me restriego la cara, bostezo, me arreglo, luego a lavarme los dientes, y comienza mi ruta al primer piso de la casa, como siempre mi taza de té con algún dulce para despertar mis neuronas hechos claro por mi dulce madre, luego, como rutina un vistazo al periódico con mi padre, su espalda ancha típica de un hombre fornido de brazos fuertes y bigote, la masculinidad en persona, como la hija única de estos dos seres tan nobles de corazón y que tanto amo, debo respetarles y amarles aunque molesten a veces con los que haceres de la casa, darle una hojeada al periódico con él es un momento del día que disfruto, nos reímos juntos de las estupideces que dicen los políticos y luego como toque final me despido con una sonrisa y un beso en esa mejilla apretada, lo mismo con la señora gruñona que me dio a luz, a diferencia especial que antes de irme a trabajar me pasa mi almuerzo como si fuese lo más importante del mundo para ella. Con defectos o sin ellos es mi amada familia, es lo que más me importa aparte de la lectura semanal que me doy a disfrutar para relajarme del estrés en el trabajo.
Desde mi casa a mi trabajo hay unas 10 cuadras (manzanas) así que disfruto de ir a pie y observar la mañana en su horrible o hermoso esplendor dependiendo del clima, alumnas que pasan siempre me saludan con una sonrisa, dicen que soy una figura maternal para todas, supongo que lo dicen porque no soy tan vieja ni tan joven y amo ver sus rostros felices disfrutando de su adolescencia, pero solo soy una humilde profesora trabajando en lo que más ama, educando y enseñando a las futuras mujeres del país, así como hicieron conmigo en aquel tiempo.
Las clases de hoy fueron normales, también en el descanso todo iba a la perfección, mi jefatura no tuvo ningún problema y el sabor del café en la sala de profesores estaba exquisito como siempre. Al final de la jornada siempre están las chicas que me piden consejos, trato de ayudarlas a todas mientras pueda, pero cuando se trata de problemas de pareja realmente no sé si sea la adecuada para aconsejarlas. Desde que existo no he tenido ninguna relación amorosa con nadie, siempre eh estado encerrada en mi mundo de los libros y los estudios, a veces me pregunto cómo se sentirá estar enamorada o depender de alguien, pero luego pienso en mi tranquila vida sin problemas y se me pasa.
Dos días a la semana me tomo un descanso del estrés del trabajo yendo a mi librería favorita, en el camino pienso en que libro compraré y leeré en el café del frente, leo bastante rápido cuando es algo que me interesa. Cuando llegué algo rompió mis esquemas… en la tienda habían cambiado a la vendedora, nefasto, me agradaba hablar con la anterior; Que osadía el arruinar mi tarde.
La chica nueva me pareció curiosa, pero ni hablar de acercarse, estaba enojada por el hecho de que mi compañera de habladurías me abandonara, al entrar me miró con detenimiento como si tuviera algo raro en la cara, me limite a saludar y fui a mi sección de libros favorita, pude notar que se quedó con las ganas de hablarme, sin embargo estando bajo su mirada abrumadora me sentí extraña, incomoda. Se levantó de su asiento para luego dirigirse hacia mi posición; Se trataba de una chica más baja que yo, medía poco menos de 1.60 metros, su complexión era delgada, de no ser por algunos detalles en comportamiento que pertenecen al sexo femenino pensaría que era un chico, tenía el cabello corto, pero no demasiado, llevaba una remera holgada y pantalones ajustados, todo negro, los ojos cansados y con una notables ojeras, en su labio inferior llevaba un piercing al lado izquierdo y otro bajo el labio inferior en medio. Me sonrió.
-¿Qué buscas?, ¿puedo ayudarte?- dijo mirándome fijamente y sin darle la oportunidad de acercarse más, respondí.
-No, estoy bien, siempre vengo aquí es mi lugar favorito y lo conozco de memoria.- luego seguí ojeando algunos libros, pero ella se quedo allí mirándome, era molesto.
-Si necesitas algo estaré allí en el escritorio.- finalizó y se fue al lugar nombrado, que peculiar parecía como si quisiera ligar conmigo.
Con ese pensamiento algo aterrador me dispuse a hablarle para comprar el libro que había escogido, pero algo me lo impedía, ¿estaba nerviosa?, << ¿Qué te pasa Jane?>> me dije a mi misma, mirando de reojo a la chica, supongo que el hecho de que pensara ligar conmigo me ponía así, para nada me agrada esto. No me gustan las cosas románticas, no quiero llegar a tener nada con ella; Tal vez estoy dándole demasiadas vueltas a esto. <<Sólo cómpralo, joder. >>
Algo distrajo mi atención, era un par de chicas que venían entrando, se notaba que eran homosexuales, ¿tengo una especie de imán o algo?, eran pareja o eso creo, se dirigían al escritorio donde se encontraba la chica nueva, al parecer se conocían.
-Hey, ¿no tienes algo bueno?, tu sabes, algo para mi novia.- la chica emparejada más alta fue la que habló, se vestía como si fuera metalera, llevaba el pelo corto, rapado a un lado y varios piercings.
-¿Crees que soy adivina o algo?, Allison, no sé los gustos de tu novia, además es molesto que cada vez que tienes novia nueva vengas a presentármela, en serio, no me interesa.- con una pesadez en la voz y una cara de molestia hablaba la chica nueva de la tienda.
-April, me debes ese favor ¿recuerdas?.- reclamó la rapada.
-Ok, ya déjamelo a mí, yo me encargo, pero no vuelvas a mi tienda, eres un grano en el trasero.- se llevo a la novia de “Allison” por entre los pasillos a ver un libro, supongo.
Allison se acerco a mí, yo estaba sumergida en temor, no me agradan ese tipo de personas, no era un temor usual por lo que me vaya a hacer, sabía bien que podía defenderme si así fuera el caso, pero sentía temor por alguna razón; puso su brazo apoyándose en el estante de los libros y me encerró con su cuerpo contra el estante.
-¿Quieres que te pague el libro?- pregunto sonriendo pícaramente.
-No, yo tengo mi dinero, gracias.- me escapé de sus brazos para irme a el escritorio, pero me agarró por la cintura y me hizo retroceder, me puso contra el estante de espaldas y apegó su cuerpo al mío a la vez que tocaba mi trasero suavemente, el calor de su respiración en mi cuello y las suaves caricias me debilitaron, no sabía que hacer ante ese tipo de roce con una chica. <<Jane que haces, golpéala, defiéndete, tu no mereces ser tratada como una puta. >>
En ese instante cegada por el placer de sus caricias, sentí como otros brazos me tomaban, eran los brazos de la chica nueva de la tienda.
-¡ALLISON, FUERA DE AQUÍ!, NO SE TE OCURRA SIQUIERA VOLVER.- escuché mientras volvía a mi estado normal, su cuerpo tenía su olor natural, supuse que no se echaba perfume, me incorporé.
-Ah... Muchas gracias, ¿April?.- me levanté y vi su sonrisa.
-Sí, así me llaman y por nada, esa maniaca sexual siempre anda acosando chicas, es mi hermana mayor, perdóname por dar lugar a algo tan nefasto como eso.
-No pasa nada, solo fue shockeante nunca me había pasado algo así, pensé que solo los hombres hacían cosas así, es decepcionante.- rio al escucharme.
- Allison es así, decepcionante es una buena descripción, por mi parte ser hermana de ella no me convierte en su igual, así que no te preocupes por mí, no te haré daño, ah… me dijiste que eras un cliente frecuente de mi tienda, me alegra mucho eso…- la miré con una cara de extrañeza.
-Si... ¿Esta es tu tienda?, ¿eres la dueña?.
-Por supuesto es algo que amo, los libros me fascinan, compartir palabras con una persona como tú me hace muy feliz.-
Luego de aquella conversación fuimos juntas a leer el libro que escogí a la cafetería del frente, fue muy amable conmigo, me equivoque respecto a ella.
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books in box. [Yuri]
RomanceEsta es una historia completamente homosexual, si no te gusta por favor vete de aquí. A los otros que la disfruten ;)