Bienvenidos.

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Nací en un pequeño pueblo de Ucrania, uno que solo los que estudiasen geografía conocerían. Muy lindo, siempre con un sol radiante, y niños corriendo de aquí para allá. Era como un reducido centro, y si ibas allí te enamorarías, pero no podrías quedarte a vivir, ya que sería desprenderte de tu lugar normal.

Este lugar era más conocido como Chernobyl, pero yo le decía "pueblito", en vez de ciudad, ya que a mi siempre se me hizo más pequeño de lo que en realidad era. Mi nombre era Ekaterina Vólkov, y tenía 12 años. Todos decían que me caracterizaban mis ojos: unos ojos grandes grisáceos con destellos verdes, y unas pestañas negras bien arqueadas hacia arriba; mi cabello era rubio, y liso, pero tenía unas pequeñas ondas en las extremidades... nunca amé tanto algo o alguien como a mi perrito Liosha. Era lo que se llamaría un Beagle. Su color era el típico: marrón claro, marrón oscuro y blanco, toda una mezcla. ¡Era precioso! Yo lo llamaba Li, o Lio. Nunca le decía Liosha, excepto cuando me enojaba con mi familia, o con él.

¡Ah, mi familia! Estaba compuesta por Misha Vólkov, y por Anya Lébedev; también llamados papá y mamá. Yo no era hija única, también estaba Tanya, mi hermana de 16 años. A diferencia mía, ella era morocha como mamá, y tenía los ojos verdes, como papá. Ay, papito... También estaba mi hermano Vanya: rubio de ojos celestes (como mi abuela Nellya), de 19 años. Era muy compañero de Seryoga. Éste tenía el cabello marrón oscuro, como el café, y los ojos de la misma tonalidad. Yo amaba a mis hermanos, a pesar de las peleas que a veces teníamos. Éramos muy unidos, casi como uña y carne. Nadie ni nada podía sacar el amor que tenía hacia mis hermanos; ni el chico más lindo del universo, ni mi perrito Lio (aunque ese amor está muy peleado), ni la peor catástrofe mundial.

Mi casita era muy sencilla: dos pisos, dos baños, 5 habitaciones (una para mis padres, mis dos hermanos, mi hermana, para mí y para el pequeño bebé que está por venir), una sala de estar, una cocina, un salón para comer, y un jardín bastante amplio detrás. No era nada del otro mundo, y nos gustaba vivir así. Éramos felices, no nos faltaba nada, ni queríamos nada.

- ¡Ekaterina, la comida! 


Uff... algo que me caracterizaba también es el hecho de hablar mucho. Esa que gritó era mi mamá; mi preciosa mamá con un bebito o una bebita en su interior. No sabíamos qué género era el bebé, pero sin dudas todos lo amábamos desde antes de nacer.

Me levanté de mi silla, y me dirige hacia mi mamá. Por ese aroma tan rico, y su grito anterior, deduje que ella era la que estaba cocinando. ¡Quizá era pollo con puré, o pasta! ¡O quizás una hamburguesa!

Me senté en mi lugar de la mesa: al lado de mi hermana, con mis hermanos de frente, y con mis padres en las puntas, solo que ahora faltaba mamá, ya que estaba terminando de cocinar. Todos miraban atentos la mesa previamente colocada, y la bebida que se hallaba en ella. Todos hablábamos entre todos. Vanya les sirvió agua a cada uno, eso significaba que mamá iba a traer la comida.

- Gracias. -Le dije a mi hermano cuando me sirvió en mi vaso rosado. Le sonreí, y a cambio me guiñó el ojo. Cerré los míos al escuchar la puerta. –

¡Mamá traía la comida! Sentí el ruido de los platos siendo colocados sobre la mesa, así que los abrí.

Verduras.

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¡Buenas! Espero que les esté gustando, este es un nuevo comienzo para mi. 

Foto de Ekaterina.

Feliz 2019. 

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⏰ Last updated: Jan 27, 2019 ⏰

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El Antes Del Después.Where stories live. Discover now