Capítulo 1 :Mala Suerte

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Por las grandes calles de Piedmont, California , entre el bullicio de la gente en fin de semana, no dejaban de sonar las encantadoras risas de niños y adultos, quienes buscaban alguna manera de saciar su apetito de diversión, ya sea yendo al cine o a los conciertos que cada día ocurrían, un chico delgado de pelo azul y levemente rizado, piel blanca y ojos celestes como el agua de los más hermosos lagos cristalinos, se encontraba posando levemente sus manos sobre el vitral de una heladería, mirando a la gente disfrutar cada sabor y babeando al ver que frente suyo estaban muestras de las especialidades del lugar, todo eso se veía delicioso y el chico no había comido en todo el día.
Se le ocurrió que talvez podría entrar y conseguir al menos un pequeño cono de helado de chocolate, abrió la puerta del local haciendo sonar una campanita que estaba en el marco de la puerta, llamó la atención del personal que atendía a la clientela.
—Buenos días joven ¿en que puedo ayudarle? — Comentó aquel hombre mirando a su próximo cliente acercarse al mostrador.
El chico sacó la billetera y mostró lo unico que tenía, 12 centavos —Dígame, ¿que puedo comprar con esto? —.
El empleado soltó una risa de clara burla —¿Esto es una broma niño? Mejor salte de aquí —.
El ojiazul dio un gesto de desagrado —Entiendo... — guardó su billetera con molestia, pero más, pena y tristeza —No era necesario reírse —.
El peliazul salió del lugar, nuevamente haciendo sonar la campanita, caminó largas calles hasta llegar a un cibercafé, inmediatamente sonrió al ver a la encargada del lugar, quien le había prometido una oportunidad para trabajar —¡Sra. Bennett! — llamó su atención y fue hacia ella —Un gusto verla, venía a preguntar ¿podrá darme trabajo? Sabe muy bien que lo necesito —.
La señora, delgada y de pelo rubio, vestida con el uniforme del lugar, de unos 38 años, miró al peliazul con tristeza —Lo siento joven Will, pero el único puesto disponible ya fue ocupado —.
—¡¿Q-qué?! — dijo con decepción —P-pero ysted dijo que me daría el trabajo —.
—Lo siento mucho joven Will, pero necesito a alguien con experiencia previa, que ya haya trabajado y tu nunca lo has hecho — Afirmó la señora.
Will expresó una tristeza máxima —Entiendo... Igual puedo buscar otro trabajo — se dispuso a seguir su camino —Igual gracias por la oportunidad no dada —.

                       [¬¬¬]

Al llegar a casa, un pequeño cuarto con pocos muebles y pintura desgastada, se dirigió hacia una hielera donde sólo había una botella de agua, no había nada más, sin comida o algo parecido —Ya no tengo comida... Ugh, muero de hambre — cerró la hielera y se dirigió a la puerta, abriendola y saliendo de su casa —Quizás pueda comprar algo con.... 12 centavos —.

                      [¬¬¬]

Tardó en llegar, no había conseguido nada, al dirigirse a su hogar, notó como dos muchachos vestidos de manera que imitaba a los cantantes de urbano estaban posados frente a su casa.
—Ay no... —.
—¡Hey!¡Niño bonito! — uno de los jóvenes se acercó a él con un cigarro en mano —No nos has pagado terreno —.
—No eh tenido trabajo — Contestó el ojiazul.
—A mí eso me vale mierda, no nos has pagado y no tenemos de otra ¡adelante Chelo! — se dirigió hacia su compañero.
—¡Voy camara! — el otro chico mostró como habian llenado el lugar con líquidos flamables, y sacó un cerillo, encendiendolo.
—No... ¡No! — Will intentó detenerlos pero no pudo contra la fuerza del mayor, por lo que vio con sus propios ojos como su hogar se consumía en llamas.

                      [¬¬¬]

A las afueras de la ciudad, se podía observar una mansión de gran esplendor y elegancia, con grandes jardines y un portón de madera fina, con decoraciones al más puro estilo barroco, la mansión parecía estar totalmente abandonada a excepción de un hombre rubio de 28 años, vestido de manera elegante con un traje amarillo con toques de negro, un bastón decorativo y un sombrero de copa, junto con un parche que cubría su ojo derecho, el hombre estaba sentado en una especie de oficina lujosa, aunque no se sabe el uso que esta tenía.
En sus manos el joven poseía guantes negros con un anillo masculino de oro puro, en su rostro, una expresión de desolación y fastidio, sus ojos color ámbar carecían de brillo alguno, el rubio parecía muerto en vida.
Salió de la oficina, bajando las escaleras hacía un gran comedor, se sentó ahí en la mesa, frente suyo, se encontraba un pastel de chocolate con betún de fresa y pequeñas cerezas decorandolo y una vela con el número 28 en ella.
—Feliz cumpleaños Bill Cipher — Comentó para si mismo y tomó un trozo de aquel dulce alimento que marcaba un nuevo año de vida para el rubio.

                       [¬¬¬]

Después de quedarse sin casa, Will tuvo que recurrír a vivir en la calle, sin nada que lo cubriera del frío.
Un señor de pelo blancuzco se acercaba al joven y le dio una seña —Jovencito —.
Will le miró con extrañeza, el hombre estaba vestido totalmente de negro, con unos lentes oscuros —Mande.. — Contestó con cortesía.
—Eh visto que por ahí, buscas trabajo — Afirmó el hombre.
—Si... No he encontrado ¿acaso usted puede darne un pequeño trabajo? — Respondió.
—Ven conmigo niño—.

~Chico De Compañía~ [Ciphercest] #GravityFallsFanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora