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Era mediodía, el trío de mafiosos estaban cansados, habían tenido una semana difícil, los negocios iban bien pero siempre había algún que otro idiota que no seguía las reglas y recibía un buen escarmiento por parte de los tres jefes, por lo que Dust les propuso ir a una cafetería que habían abierto hace poco en la zona.

- Vamos, uno de mis subordinados de ha dicho que el sitio está bien para relajarse, además al parecer las vistas son buenas... - dijo el nombrado mientras miraba el local, que se alzada ante ellos- aunque no entiendo eso último, si los ventanales dan a la calle-

- Con que tenga algo que merezca la pena comer me basta - contestó el de hueco en el cráneo - estoy harto de la comida basura de la oficina-

- Ya cállense y entremos de una vez - gruñó el líder del grupo, un esqueleto cubierto por una extraña masa negra, entrando al local, divisando una mesa algo alejada de las demás, con una iluminación suave - ahí está bien-

[...]

Un dulce esqueleto se cambiaba en la cocina de aquel local, preparándose para trabajar. Su jefe lo saludó, al igual que sus compañeros de trabajo. Era un agradable lugar, aunque hubiera abierto hace tan sólo una semanas, aquel joven ya era conocido en todo el barrio, era un omega y todos lo sabían, incluso había alfas que lo cortejaban, pero el joven aún no estaba interesado en tener pareja, por lo que tan sólo los volvía sus amigos y al parecer era suficiente para los alfas.

- Kaan, llegaron nuevos clientes, ve a tomar su orden - pidió su jefe.

- Claro jefe - el pequeño agarró su libreta y un lapicero para salir de la cocina e ir a la mesa, donde pudo ver tres esqueletos, al acercarse pudo deducir que eran alfas. Mientras caminaba todos en la cafetería lo saludaban, alfas y omegas, incluso parejas y casados con hijos, caía bien a los niños.

Los tres esqueletos estaban charlando tranquilamente sobre algunos temas de trabajo, cuando detectaron un olor particularmente delicioso, buscando con la mirada el lugar del que provenía.

Llegó a la mesa de los tres alfas - Buenos días señores... ¿Qué van a pedir? - preguntó con una dulce sonrisa. Mientras esperaba, algunos clientes que recién entraban al local lo saludaban, algunos alfas lo piropeaban desde lejos, pero el menor sabía que bromeaban.

El trío de mafiosos alzaron la cabeza casi al unísono para encontrarse con un pequeño esqueleto, un omega que esperaba su orden con una sonrisa. Se quedaron anonadados entre el olor y el hermoso rostro del pequeño, hasta que Nightmare, el líder del grupo, fue el primero en reaccionar.

- E-eh sí, yo quiero un café bien cargado, sin azúcar... - no despegaba la mirada de aquel chico.

El de hueco reaccionó también, carraspeando un poco - yo tomaré un cappuccino y galletas... -

Dust aún seguía mirando al menor, sonriendo algo pícaro - mmm ¿tú también estás en el menú?-

Kaan anotaba el pedido en su libreta conforme hablaban, deteniéndose al oír el intento de flirteo del de capucha, riendo un poco por ello - hehe... Usted es gracioso señor - sonrió - pero necesito su pedido -

Algunos alfas del lugar suspiraron al ver como aquellos tres habían puesto el ojo en el omega "pobres... que no se ilusionen mucho" pensaban.

El de cráneo roto, Horror, rió divertido al ver como el intento de coqueteo del polvo fracasaba estrepitosamente.

- Uhmm no estoy muy seguro, ¿por qué no me recomiendas tú algo, dulzura? - volvió a intentar el encapuchado.

Kaan rió, aquel señor era divertido, así que le recomendó una dona con un milkshake.

Nuestro OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora