The Twelve Chosen [Editando]

I. Melodía de la muerte

Gabriela pov.

A pesar de estar en medio de un profundo pozo, a causa de la reina, puedo todavía recordar aquellas tantas historias que mi madre me contaba de niña. Por ejemplo, existía una que me llenaba de miedo, es básicamente la leyenda del Cuco en el mundo mortal. Pero en el mundo inmortal era la leyenda de las hermanas Mermaly –En lo profundo del bosque estarán buscando saciar su sed de venganza con la persona que se encuentre merodeando en su zona. La única alternativa será correr, pero ellas te alcanzarán y de ti se alimentarán. Con ojos esféricos brillantes llamarán a la palidez de tú alma para el mal. - Creo que en nada se parece al Cuco, preferiría mil veces al Cuco que a las hermanas Mermaly. La historia que os contaré es aún más malvada y diabólica, os invito a acompañarme. Siéntese y acomódese porque esto será una maldición lo que contaré, fue lo que me trajo aquí. Esta historia toma lugar en el oscuro bosque de Seattle, en el que me críe y actualmente me encuentro.

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En todas las familias existe una tradición y en la mía es la más sagrada que pueda existir. Esta consiste en dar la primera mordida al cumplir lo siete años, no importaba si era de humano o animal. Actualmente tengo veinte años y todavía no he dado la primera mordida, lo que para mi familia es una deshonra. ¿Cómo sobrevivo? Me alimento de frutas y vegetales, podría decirse que soy vegetariana. Mi doctor no se explica cómo sigo aún con vida, pero mi diagnostico indica que no llegaré a los cien mil años si sigo con esta "dieta". Adoro a la raza humana y animal, también a los de mi raza; pero prefiero morir antes que matar por deporte. En el mundo de los mortales, los humanos, llaman a mi raza "vampiros". Seres de piel pálida fría, tenebrosos y peligrosos. Aunque nos llamen los "inmortales vampiros" nosotros también seguimos el ciclo de vida, nacer, vivir y morir. La diferencia es que nuestras vidas son más extendidas. Es muy divertido escuchar todas las leyendas que los humanos cuentan de nosotros, al menos somos una fuente de inspiración para los escritores del mundo mortal. En fin, hoy me encuentro en pura mudanza ya que me iré al castillo Cristagreno, el reino más poderoso se podría decir, aunque existe el central que es donde gobierna la actual reina, mi abuela. El mundo de los inmortales, ósea los vampiros, es monárquico. Quiere decir que existe un solo rey o reina que gobierna todos los reinos, no existe nadie más poderoso que el rey o la reina. Al ser la hija mayor de la familia Roshegra, me toca ir a entrenar en el segundo reino más poderoso para luego gobernar los demás reinos desde el central. Pero mi familia duda que viva tantos años, así que no es un mandato oficial aún. La realidad de las cosas es que ni la reina quiere que gobierne debido a que soy la oveja negra de la familia, una decepción a nuestra raza que quiere redimir de la historia de la familia, hasta mi madre duda a veces. El reino de Cristagreno me pertenece por derecho, al menos no me pueden quitar eso. Mi herencia promete matanza, sangre y decepción, cosas que según la reina son necesarias para reinar. Mi viaje a Cistagreno parte en 1 hora, en donde aprenderé a "reinar".

- Hello, darling! - Sunysqui me abrazó por la espalda. Ella es la gemela mayor de la familia De la Bella.

- ¡Gabriela es mía así que aléjate de ella! - Ambar se lanzó hacia nosotras haciendo que perdiéramos el balance y cayéramos al piso. Ella era la gemela menor de la familia De la Bella. Ambas gemelas eran mis amigas cercanas y de una rama de la familia real.

- Impresionante, ya llegaron los estorbos de la familia De la Bella. - Luna dijo refiriéndose a Sunysqui y Ambar mientras se reía. Luna es mi hermana menor, odia a todo el mundo que no puede someter. Su nombre proviene de la noche en la que nació, esa noche tuvo lugar la luna roja más brillante y sangrienta de toda la historia de la Tierra. Lo que hizo que la reina la consintiera en todo lo que anhela.

- Luna, mejor déjalas en paz si no quieres que una guerra sea iniciada por ti. – Dije en un tono autoritario, pero no me sirvió de mucho. -Aunque sabes que, mejor hazlo así la reina puede deshacerte de ti y me ahorraría la molestia de hacerlo. – podrán notar que mi relación fraternal no está para nada llena de amor.