I - |Ámbar|

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«Yo sé que me miras pero no me ves,
yo quería tu parte no partirme en cien..

—Basta —dijo Ámbar con una sonrisa mirando su reflejo frente al espejo—. Basta —repitió—, tenés que aceptarlo... Vamos, decilo en voz alta... Estas enamorada de él, Simón... Simón, es lo mejor que te pasó en la vida...

Una lágrima rebelde corrió por su mejilla, la rubia permanecía con la mirada perdida mientras los recuerdos de aquel mexicano llegaban a su mente con facilidad..., y es que, no había un sólo momento en que dejara de pensar en él.


Tú prefieres “aquí quedó” a “quédate”,
yo prefiero antes la herida que la piel.

Simón, era parte de un plan, ¡nada más..! ¿Cómo pudiste dejar qué... —espetó la rubia frente al espejo, para pasar sus manos por su rostro—, no puedo creer qué... ¿Cómo pudiste enamorarte de él, Ámbar? —exclamó mirándose nuevamente al espejo, mientras las lágrimas empezaron a caer libremente por sus mejillas.

Yo digo “mañana todo saldrá bien”,
tú sigues diciendo “no olvidé el ayer”

—¡No me toques, Ámbar! —la rubia retrocedió ante las palabras del mexicano y tragó en seco para mirarlo a los ojos—, ¡¿cómo pudiste quemar la pista?! ¡Cómo!

—¿Fuiste tú la que quemó la pista, Ámbar? —espetó Luna llegando a los lockers, la rubia volteó hacía ella y la castaña negó con la cabeza cruzándose de brazos, Juliana que había llegado con ella permanecía pasmada ante lo que acababa de escuchar.

—¡¿Cómo pudiste quemar la pista Ámbar?! —volvió a preguntar Simón ignorando a las recién llegadas, su voz era demandante y su respiración entrecortada, tomó aire e hizo su mayor esfuerzo por calmarse —¡Responde Ámbar!

—N-no... Yo les puedo explicar lo que pasó —soltó Ámbar, tratando de sonar segura pero su voz temblaba —Es decir, y-yo.. —musitó para tomar aire— Sí... —confesó, Luna la miró fulminante— Y-yo no quise hacerlo fue un accide...

—¡Deja de mentir, Ámbar! —demandó Simón—, ¿no te duele que la gente no confíe en ti? Yo... no sé cómo pude confiar en ti —negó repetidas veces con la cabeza—. Perdón —musitó para hacerse paso entre ellas y salir lo más rápido de allí, Ámbar intento seguirlo pero Luna se interpuso poniéndose delante de ella impidiéndole el paso.

—¡No, Ámbar! ¡No voy a permitir que sigas lastimandolo!

... No es contigo en el camino,
es caminar sólo conmigo y que te vengas tu también.

—Simón, yo a vos... Te quiero —el castaño negó al escucharla.

—No... no me digas eso, Ámbar.

—Bueno, ¿qué querés? Te estoy hablando enserio... —soltó la ojiazul.

—No me digas que me quieres porque no es verdad, deja de mentir —negó—, tú me dijiste que confiabas en mi, yo creí que tu y yo podíamos tener algo, Ámbar...

—Sí, confío en vos, Simón —lo interrumpió.

—No, no confías en mi, Ámbar, no es verdad, ¡No es verdad, porque me metiste! —la rubia lo miró en silencio—, okey, y lo que hiciste es que me decepcionaste —un «okey» y varios intentos de explicaciones de la rubia se hicieron presentes, acabando con la poca pasiencia de Simón— ¡escúchame porque yo estoy hablando! Me decepcionaste.

—Si, sí —habló Ámbar—, me equivoqué, me equivoqué un montón, pero yo quiero que me des otra oportunidad, para demostrarte que la persona que se equivocó, que esa persona que hizo eso no está más, enserio no está más... Simón, yo... Nunca en mi vida pensé que podría llegar a sentir por alguien lo que siento por vos...

El castaño la miró incrédulo. —Cómo puedes hablar de amor, si estás llena de odio —la miró con decepción—, lo siento, pero es la verdad.

... Y a un sólo error de acertar,
parece que te fallé..

Y así fue...
que siempre me empeño en volver,
sabiendo que puedo perder,
sabiendo muy bien qué se rompe.

Ganaste el premio ¿no?... Pero me perdiste a mí, perdiste a todos tus amigos, la confianza de un montón de personas... Y si de verdad eso para ti es ganar... Felicidades —aplaudió con sarcasmo, para luego caminar hacía la salida—. Disfrútalo —dijo antes de irse, dándole la última mirada a la rubia.

[•••••]

—Luna es Sol Benson, la dueña de todo... No... No, no lo voy a permitir —susurró—, no lo voy a permitir, Luna no se va a quedar con lo que es mío... Yo lo voy a recuperar... Voy a recuperar mi pista, mi casa... Y a Simón... —dijo en un hilo de voz—, se terminó... Se terminó la Ámbar que todos conocían —se miró al espejo—. No te queda nada así que no tenés nada que perder... Ya está, que se preparen, van a conocer mi verdadera cara —prometió.

Limpió todo rastro de lágrimas recordando su promesa, no iba a dejar que las cosas terminarán así, claro que no, ya se había humillado bastante, ya era tiempo de hacer algo, demostrarles que ella seguía allí.. que no la había vencido, algo tenía que idear ¿pero que?

Su mente era un remolino de ideas, pero ninguna lo suficientemente convincente... Hasta que, de pronto, todo pareció acomodarse nuevamente a su favor.

Una llamada. Que ella no dudo en responder, y que posiblemente, era lo mejor que pudo ocurrirle en ese momento.

Ámbar, tengo una oferta que no vas a poder rechazar —habló Gary al otro lado de la línea telefónica.

Ser la capitana de un equipo de verdad, esas palabras hicieron click en su cabeza, sabiendo que después de eso, nada sería igual.

Pero aceptó.

....

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2019 ⏰

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