¡SCILES! #1

Stiles, estás aquí.

Scott: Stiles, ¡ya estoy en casa!

Stiles: Inútil. Escoria. -dice en voz baja-

Scott: ¿Stiles?

Stiles: Inútil. Escoria. Inservible. Manejable.
-empieza a sudar-

Scott: Stiles venga... ¿Dónde estás?

Stiles: Inútil. Escoria. Inservible. Manejable. Ansiedad. Sólo. -suda más que antes, está empezando a agobiarse-

Scott: Puede que no esté aquí... Coge su teléfono y marca su número.

Stiles: Inútil. Escoria. Inservible. Manejable. Ansiedad. Sólo. Marioneta. Inexistente.

Scott tras cinco minutos de búsqueda, encontró a Stiles, sentado en el suelo, en la esquina de su habitación. Estaba lleno de sudor y en sus ojos se reflejaba un sentimiento profundo pero inexplicable. Los gritos de Stiles hacían eco en la habitación, un sentimiento que te destrozaba el pecho. Scott se acercaba poco a poco hacia él, sin saber muy bien qué hacer. Tras un par de segundos decidió sentarse en frente de él.

Stiles: Scott... no es el momento de...

Scott: ¡Stiles! Siempre es el momento si tengo que preocuparme por tí.

Stiles: -Sube la mirada los ojos de Scott-

Scott: Stiles... Eh... -Mira fijamente sus ojos- No me importa lo que te ha pasado. No tienes de qué preocuparte. Siempre estás con lo mismo. Stiles, tú sí sirves. Eres la razón de todo esto, eres la razón de que yo esté aquí, ahora, contigo. Eres perfecto en todos los sentidos y no debes pensar en lo contrario porque te estarás equivocando. Y ahora lo que tienes que hacer es secarte esas lágrimas, stiles. Tú mismo me lo dijiste en el Hotel cuando estuve a punto de quemarme, Stiles. Tú, eres mi mejor amigo, tú, estás aquí, conmigo.

Finalmente Scott se abalanzó sobre el cuerpo de Stiles, pareció que intentó acercarse a su cara, pero estos dos, se fundieron en un abrazo que para ellos duraría años, una mezcla de sentimientos indescriptibles. Ya no brotaron más lágrimas de los ojos de Stiles. Se habían secado, y como si se tratase de el sol todas las mañanas, en el rostro de este, apareció una gran sonrisa, olvidando todo temor.