Jaula de Oro (Sesshomaru x Kagura)

Capitulo I

No había siquiera empezado la fiesta y ya quería estar en su casa, odiaba ese lugar y las personas en él, tanta falcedad, tanta hipocresia y doble moral vestida de elegantes "smoking" y caros vestidos, incluyendo ese vestido negro de tirantes con una avertura desde lo largo del tobillo hasta la mitad del muslo que llevaba puesto. Se sentía vulgar con aquel traje tan ajustado, sus furiosos ojos rubí observaron al mesero que casi le tira la copa encima al estar observando sus senos, el chico se retiro rapidamente al notar su desagrado. Nunca deseo nada de esto, ni lujos, ni vestidos caros, ni apellido, mucho menos estas fiestas de la alta sociedad, pero fue débil, no dijo nada cuando sus padres la forzaron a casarse con un hombre rico para pagar las deudas que tenían. Al principio todo fue amor para con ella tanto que pensaba que aquello había sido una buena decisión, pocos meses le tomo darse cuenta de su error.

-Señores su atención por favor- un mayordomo algo enano de ojos saltones hizo callar a los prestús- el Señor Taisho quiere darles la bienvenida.

Un hombre de taje azul marino y corbata amarilla, alto de cabello plateado atado en una coleta alta y alegres ojos dorados subio al escenario donde estaba tocando una banda de musica clasica.

-Antes que nada quiero pedir a mis dos hijos, InuYasha y Sesshomaru, y a mi esposa Izayoi que suban aquí conmigo.

Extendio su mano que fue tomada por una hermosa mujer de largos cabellos negros, ojos oscuros y piel blanca que resaltaba en aquel vestido rojo pasión. Seguidamente subieron dos jovenes, uno abundante cabello negro, ojos chocolate y tez clara, traje gris y corbatin de color negro, y el otro de sedoso cabello plateado, frios ojos dorados y tez blanca, traje y corbata blanca.

-En nombre de mi familia quiero darles la bienvenida a este su hogar- retomo la palabra el dueño de la mansión- y agradecerles que hayan venido a darle la bienvenida a mi hijo mayor Sesshomaru, que ha vuelto luego de muchos años en Japón.

El aludido hizo una pequeña reverencia mientras los aplausos se escuchaban por el lugar. Sus ojos dorados impactaron con los suyos trayendo un recuerdo borroso a su mente...aquellos ojos... ¿donde había visto aquellos ojos?.

-Kagura- una voz profunda la hizo dar un salto.

-Naraku me asustaste- dijo tratando de sonreirle a su esposo.

-Vamos- dijo tomandola fuerte de la cintura- iremos a presentarnos donde el joven Taisho, debo hablar con él para proponerle un negocio en Japón.

Kagura dejo su copa en la mesa, ordeno un molesto mechon de su corto y negro cabello, y mientras se dirigian hacía donde el peliplata que se encontaba platicando con otras personas, fingía su mejor sonrisa.

-Señor Taisho, Señor Himuya, Señor Tamaka- saludo Naraku- un placer saludarlos.

-Señor y Señora Onigumo que gusto verlos- un viejo de lentes, con sobrepeso y poco cabello los saludo fijando disimuladamente sus ojos en el escote de la mujer.

-Joven Taisho, le presento a Naraku Onigumo- hablo el otro señor, alto de tez morena y cabello ya canoso- él es uno de los accionistas en mi empresa. Y la hermosa dama aquí es su esposa Kagura Onigumo.

-Mucho gusto- saludo friamente el de ojos dorados.

-Igualmente- sonrio Naraku.

-Bienvenido a Inglaterra Señor Taisho- dijo Kagura sonriendo.

-Muchas gracias Señora Onigumo- su voz habia sonado algo diferente.

Kagura sintó un malestar en su cabeza, esos ojos...se mantuvo tranquila mientras su esposo la tenía tomaba de la cintura.

-Cariño ire por una copa- dijo mientras le daba un beso en la mejilla.

Camino hacía la mesa mas cercana donde tenía exquisitos manjares de la cosina occidental en honor al recien llegado. Se dio el lujo de probar algunos bocadillos desconocidos para ella.

-Señora Onigumo- Kagura se giro al oir su nombre.

-Señor Tamaka- sonrió ante el viejo de lentes- creí que estaba con mi esposo.

-La conversación esta algo aburrida- arreglo sus traje negro mientras observaba a la mujer- hay cosas mas interesantes.

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