Capítulo 11 🏹

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Dulce errorAngelic🏹🏹🏹

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Angelic
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Sintiendo mucha vergüenza pase dentro de la casa esquivando a la parejita sin ánimos de interrumpir su apasionada demostración de afecto. En la cocina estaba mi papá hablando con mamá mientras esta preparaba la cena. Cuando la calidez de mi hogar me invadió mis padres notaron mi presencia y con una sonrisa en sus rostros me miraron. Milésimas de segundo bastaron para que esa felicidad se esfumara mi papá se acercó rápido a mi analizando mi rostro entre sus manos.

– ¿Quién te pego una bofetada? mira cómo te dejaron la cara toda marcada – papá grito tan fuerte que tuve que cubrir mis oídos, la pareja que estaba fuera compartiendo saliva entro a la cocina rápido.

– Papito te aseguro que no es nada de lo que debas preocuparte – saque sus manos de mi cara embozando una sonrisa no quería causar un problema más grande entre mis padres.

– ¿Fue Carter? – gire viendo a Demian tomado de la mano de su novia que miraba mi rostro sin mostrar ninguna expresión. Ahora entiendo por qué Demian la eligió son totalmente igual de fríos.

– No, él jamás sería capaz de levantarme la mano. Ya dije que no fue nada solo un problema es todo. – intente alejarme, pero mi madre me tomo del brazo. Me sentó en la silla que antes ocupaba mi papá y ella me miro de forma amenazadora, de esta no saldré con vida.

– ¿Sofía dime que ese golpe no te lo dio Steven? – trague en seco mi mamá nunca me llamaba por mi segundo nombre salvo cuando está enojada. No puede más y comienzo a llorar la rabia y la tristeza se mezclaron formando lagrimas que debían salir. Cubrí mi rostro con mis manos a la vez que sollozos ahogados se escapaban de mi garganta. La calidez de los brazos de mi madre me rodeó y pude escuchar como ella soltaba unos cuantos sollozos. En la vida jamás de los jamases había escuchado a mi mamá llorar de tal forma. Siempre fue la fuerte de las dos, pero ahora ella también estaba llorando y eso me puso aun peor. Note que la puerta volvió a abrirse, pero ni siquiera preste atención a ello tan solo me limite a abrazar a mi mamá.

– Muévete pulgosa – la voz de Brook hizo parar mi llanto en seco y con el dorso de mi mano seque mis lágrimas.

– Cuidadito como me hablas pequeña monstruo – gruño Liz a la rubia que reventó el globo de un chicle entre sus dientes. Quitándose los lentes oscuros para ponerlos sobre su cabeza volvió a mirar a la pelirroja.

– Mira como tiemblo – la pequeña rubia mostró su mano donde en su brazo que estaba cubierto de pulseras, Brook comenzó a mover su mano como si estuviera temblando.

– Brooklyn compórtate – sentencio su hermano mayor que paseo la mirada por la cocina y cuando me vio llorando vino enseguida hacia mí. – Era cierto – mi ceja derecha se elevó conforme analice sus palabras.

– Quítate cavernícola que yo también quiero abrazar a mi cuñada – Brooklyn me separo de su hermano y me abrazo con mucha fuerza como cuando era pequeña.

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