Parte 1

1 0 0
                                    

¿Sabéis la típica chica que se sienta al final del aula, con la cabeza entre un libro y sin decir ni una palabra? Esa soy yo, Asha. Tengo 17 años, suelo ser una adolescente normal y nada extravagante, no me gusta destacar ni llamar la atención de la gente, suelo ir vestida de negro cada día, pero cuando estoy de buen humor, me pongo una sudadera gris.

Desde que tengo conciencia, he llevado una vida muy monótona y aburrida, gracias a la educación obligatoria y a mis padres. Unos padres que se preocupan mucho más por mis estudios que por mi situación personal. Tanto mi madre como mi padre trabajan en la industria farmacéutica, mi madre en el laboratorio y mi padre en ventas. La situación económica en casa siempre ha sido buena, he tenido todo lo que he querido desde bien pequeña.

¿Las mejores acuarelas? Ahí estaban

¿El patinete de monda? Ahí estaba

¿Los auriculares más buenos? Ahí estaban

Nunca me quejado de las cosas materiales que me ofrecían mis "jefes", seria de locos hacerlo, pero si que me ha faltado la suficiente atención de su parte. Siempre he pensado que el valor de los objetos esta en su riqueza sentimental, en lo que te transmiten cuando los coges y recuerdas el bonito memento en el que recibiste dicho objeto.

Pocas veces he sido testigo de ese sentimiento en mi interior, todos los juguetes del momento, a mí no me producían ningún interés en especial, la niña que era antes se sentía feliz con un papel y colores para dibujar. Esa a sido siempre mi vía de escape del mundo podrido en el que me ha tocado vivir. Los sentimientos y emociones han quedado reducidos en tinta y borrones, esos dibujos, esa forma de expresarme, si que tiene valor para mí persona, de verdad me produce felicidad tocarlos, sentirlos y admirarlos.

Resumiendo, a los 10 años empecé a recolectar y guardar dinero en mi típica hucha de cerdito, en los cumpleaños, en navidad, pidiendo lo que nunca me negaban, vendiendo cosas que ya no les daba uso suficiente...

Hoy en día he conseguido guardar una cantidad suficiente y buena de dinero, la cual me permitirá irme de esta fría casa, a empezar mi libre vida que tanto soñé.

Me quedan exactamente 35 horas para cumplir los 18 años, la esperada mayoría de edad, por fin, no depender de mis mayores, encontrar un trabajo, ser completamente independiente.

¿Mi fiesta de cumpleaños? Sinceramente no cuento con muchos amigos, por no decir ninguno, no me suele agradar las personas, me parecen artificiales, siempre intentando caer bien o complacerá a los demás, lo veo una tontería. Entonces, me toca celebrarlo con mi familia, una fiesta intima y privada, en casa, pastel, regalos, música, felicitaciones, lo de cada año, nada nuevo. ¿Lo importante? Mas dinero para mi cerdito.

Esa misma noche empiezo a buscar sitios para vivir ¿pisos, casas, habitaciones, estudios? ¿solos, compartidos?, ¿vender, alquilar, compartir? Esto es de locos.

Mil opciones para escoger, y todo esto sin ayuda de mayores, bueno, me decido por ir a dormir y mañana sábado pasar todo el día eligiendo y comparando sitios.

Un nuevo día, con las pilas cargadas y mucha ilusión. Me dispongo a escoger un sitio, no importa lo precipitado que sea, esta bien equivocarse, gracias a eso aprendemos y crecemos.

Después de horas de investigación, decido compartir piso, no creo que tengamos que ser amigos por estar cerca, yo iré a mi rollo como he hecho hasta día de hoy. Selecciono varias opciones que encuentro interesantes y envió un correo a cada una de ellas, en todos escribo lo mismo

- Hola, mi nombre es Asha.

Estoy interesada en la oferta de la habitación, si no es mucha molestia, estaría bien tomar un café para hablar de las condiciones y pagos de la habitación,

Espero respuesta, adiós.

No me parece muy profesional, pero las prisas y la emoción me pueden, y hacen que no me preocupe por cosas así. Empiezo a empaquetar las pocas cosas que tengo en mi habitación, libros, carpetas, recuerdos. Incluso comienzo por desmontar algún que otro mueble, y me doy cuenta de que tengo las cosas muy claras en este momento.

No siento miedo, no temo por lo que pueda pasar, llevo tanto tiempo a la espera de este gran paso, que no voy a mirar atrás ni un segundo. No me hace falta hacer cuentas de gastos, llevo mas de 5 años haciéndolas, buscando maneras y opciones para vivir tranquila. Y por fin lo he logrado.

¿Mi plan? Por suerte cuento con el suficiente dinero como para no preocuparme en un par o tres de meses. Tengo pensado hacer la mudanza e ir comprando las cosas que me faltan el primer mes, y el segundo dedicarlo a dibujar y encontrar un trabajo.

Ara solo falta esperar las respuestas de los propietarios de mi futuro piso compartido y comparar precios, quedo a la espera. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 30, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

AshaWhere stories live. Discover now