5 de febrero

4 1 0
                                    

Hoy es 5 de febrero... No se por qué, pero presiento que es una fecha que debería ser importante para mí..., incluso, tal vez algo importante para el mundo.

Estoy con ese pensamiento desde que me desperté, hace no más de 5 minutos. Siento que la respuesta está en la punta de mi lengua, pero no quiere salir, simplemente se queda estancada.

Aún no me levanto de la cama para empezar con un nuevo día y ya estoy con esta pregunta tan desesperante, tan absurda y ridícula. Sé que un día como hoy, hace bastante tiempo, pasó algo que marcó mi vida por siempre, pero no consigo recordar qué... Y entonces me pregunté: si realmente  significa algo este día tan común, ¿no se supone que debería recordarlo al instante?

El estrés me carcome el alma, tengo la necesidad de saber por qué me siento así en un día como cualquier otro... Pero, ¿dónde buscar?, ¿quién puede saber?

Hace mucho que vivo solo en esta vieja casa en medio de este bosque, a 3 kilómetros de la población más cercana. Francamente, no recuerdo por qué me mudé a este lugar tan mugriento e inmundo; pero eso no importaba por ahora, yo solo necesito buscar información sobre el 5 de febrero.

Me levanté de mi cama, tratando de olvidar esta intriga. Me dispuse a hacer mis actividades diarias, me di una ducha, me lavé los dientes, me vestí con la ropa que me caracterizaba y preparé algo para comer. Hice de todo para que se me pase esa horrible sensación, pero ese esfuerzo fue en vano. La histeria me consumía cada vez más y más.

Entré en un punto de quiebre, no supe qué hacer, así que opté por buscar información en la computadora de la biblioteca del pueblo que queda a 3 kilómetros de mi casa. Encendí la camioneta roja de mi garaje y me dispuse a viajar. 

No pasaron más de 30 minutos, y yo ya estaba frente a una computadora, tratando de acceder a internet. No estoy tan familiarizado con esta tecnología, todo tan enredado en cables que conectan un montón de dispositivos entre sí. Era lo novedoso del momento, al menos en este pueblo tan retrógrada.

Escribí en el buscador Eventos importantes del 5 de febrero. ¿Acaso me intrigaba el tratado entre Chile y Argentina para colaborar en la independencia del Perú en 1819,  o el anuncio de la creación de la baquelita por parte de Leo Baekeland en 1909, o el inicio de la huelga La Canadiense en 1919? Acontecimientos tan interesantes como desconocidos... Ninguno me satisfacía. Busqué, y busqué, pero mi desesperación no disminuía, sino que aumentaba.

Sin respuesta alguna, habiendo pasado ya 10 horas desde que me desperté, y sin haber almorzado, regresé a mi casa. Todo ese tiempo fue infructuoso, estaba agotado. Ya no aguantaba más, así que pensé en llegar a mi casa y dormir, para ver si se me pasa esta sensación hasta el día siguiente.

Al llegar a la casa, apagué el carro, me bajé del mismo, caminé hasta la entrada de mi casa, y en la puerta vi un calendario. Ese calendario viejo y arrugado había sido ignorado esa mañana por tantos pensamientos confusos. Pensé que sería absurdo que la respuesta a mi pregunta haya estado todo ese tiempo en la puerta de mi casa, me pareció irónico y me reí muy fuerte. Ese calendario era de hace más de 3 años, e ignoro por qué estaba colgado ahí. 

Una vez acabadas las carcajadas, me centré, abrí el calendario en la página que hacía mención al mes de febrero y vi una cruz, hecha con tinta roja tono oscuro, hecha con sangre... Mi sangre...

Entonces sonreí porque logré recordar aquel evento tan afamado que me había tenido preocupado todo el día... E inmediatamente perdí la sonrisa al recordar por qué quería olvidarlo. 

Recordé por qué me había mudado a esa casa tan vieja, cerca del pueblo retrógrada; recordé la razón del calendario en mi puerta, recordé el odio que le tengo a esta fecha en específico. ¡Maldito sea el 5 de febrero! Recordé que hoy era mi cumpleaños, recordé cómo lo celebraba desde hace 5 años, recordé la personalidad que adquirí desde aquel tormentoso día. 

Fue cuando, con el rostro ya sin expresión, entré a mi casa, tomé el cuchillo más afilado que tenía, me abrigué bien, y salí de mi casa. Sabía que apenas faltaban 8 horas para que se acabe el día, así que tenía que aprovecharlas al máximo, tenía que festejar este día como es debido, tenía que desahogar mi furia... Tenía que oler sangre...


5 de febreroWhere stories live. Discover now