Capítulo 1.

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Debería estar contenta

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Debería estar contenta. Era una de las pocas personas becadas en esta universidad de París,pero ver todos estos rostros pijos y sus miradas de superioridad me revolvia el estomago.

Entré al campus. No era enorme ni precioso. Tampoco me había imaginado una hermandad como en las películas americanas. Había visto el sitio en fotos y era una universidad un poco vieja, por no hablar de la residencia donde iba a dormir, parecía que no habían pintado la fachada en décadas.

—¡Hola! ¿Ixeya, verdad?

Una chica rubia se acerco a mi. Se notaba por su acento que no era de aquí.

—Hola - sonreí de lado - Si, creo que esa soy yo.

La rubia río.

—Con ese nombre no podía ser otra. ¿De donde eres? Y.. Me muero de vergüenza pero.. ¿Cómo se pronuncia?

Me acerque a ella y sonreí. Quizá no todos eran unos pijos maleducados.

—Soy española y se pronuncia "Iseya"

—Vale, siento haberlo dicho tan mal antes, la verdad que no lo consideraba un nombre español, yo soy Jessica, pero me puedes llamar Jess, que es más corto.

Me hizo una seña con su mano y la seguí.

—Lo se, es de mi provincia, significa deseo, mis padres querían ser.. Originales.

Entramos a lo que creía que era la residencia y subimos al ascensor.

—Lo consiguieron - Jess sonrió. - está es tu habitación, la 367,sin roommate, una pena, me hubiera encantado ser la tuya.

Tire la maleta y la mochila al suelo. La habitación era una porquería. Era oscura, sus paredes verdes desgastadas no ayudaban mucho y esa cama vieja me deprimia aún más.

—Sé que al principio es una mierda pero puedes cambiarla a tu antojo, vas a pasar aquí dos años.

Jess me daba ánimos desde el umbral de la puerta.

—Ya.. Gracias Jess, ahora si no te importa.. Quiero descansar un poco.

Le dije tirandome en la cama.

—Dentro de tres horas es la comida, pasaré a por ti, tengo muchas cosas que explicarte antes del Lunes.

Con eso cerró la puerta. Mi mirada se fijo en el techo. Esto tenía que ser un nuevo comienzo, lo necesitaba, necesitaba abrir la ventana y no ver lo mismo cada día, era mi oportunidad para olvidar el pasado y curar todas las heridas. Pensar en todo hizo que mi cerebro se aburriera y me quede dormida hasta que unos toques me hicieron abrir los ojos de par en par.

—Ixeya, soy Anette Faure, me manda Jessica Stand.

Suspire. Solo le faltaba darme su documentación.

—Ya salgo.

Me hice un moño, cogí la llave de la habitación, el móvil, cartera y salí.

Fuera me esperaba una chica castaña de ojos verdes. Llevaba puesta una boina. Desde luego era de París, le faltaba la barra de pan a un lado.

—Encantada Anette, no hacía falta tanta molestia.

—No es molestia, soy amiga de Jessica y me pidió que viniera a por ti, necesitas tener a gente que te cuente un poco de que va esto.

Vaya, que directa.

—¿Y de que va esto? No me lo digas.. Un sitio horrible, con un cama que parece de piedra.. O.. Espera, ¿estas habitaciones no serán solo para los becados?

Me reí.

—No tontita, esta universidad no es cara por sus lujos sino por sus profesores, son eminencias, por eso aquí no hay pijos idiotas, porque por mucho que pagues tu ingreso no puedes pagar al profesorado.

Eleve una ceja. Esta Anette si que era atrevida.

Llegamos a la cafetería y ahí estaba Jessica con un grupo de gente. Saludo desde la mesa.

—Hola chicas, chicos, esta es Ixeya Varela, la nueva alumna del máster investigación en personalidad y comportamiento, una afortunada.

Jess aplaudía y los demás le siguieron. Sentí un poco de vergüenza.

—¿Y que te ha hecho querer hacer ese máster?

Un chico moreno y ojos marrones me preguntaba mientras comía un sándwich.

—Eh.. Bueno, quiero entrar en la interpol.

Todos me miraron con los ojos bien abiertos y sonrieron.

—Buenas aspiraciones Isy.

Miré al chico sorprendida por su nuevo apodo pero no me quejaria.

Me senté con ellos y empezamos a comer. Eran cinco, Anette, Jess, Marco, Alan y Clemence. Los tres primeros estudiaban su último año de derecho y los dos últimos un máster en finanzas. Eran muy agradables. Me contaron muchas cosas de la universidad y también de la ciudad. Alan no vivía en la residencia, el estaba compartiendo piso con un amigo en el centro de París. También me enseñaron las aulas y la biblioteca, ese sin lugar a duda sería un gran sitio para mi.

—Gracias por todo chicos, habéis hecho el primer día en esta ciudad muy agradable - solté con una sonrisa.

—No hay que agradecer nada Isy, mañana nos vemos.

Marco era el gracioso del grupo. Siempre hace falta una persona así en tu vida.

—Mi habitación es la..

—125,Jess,lo sé - dije interrumpiendola - la de Anette y Clemence es la 543 y la de Marco.. Pues.. Alguna de por ahí.

Echamos a reír.

—Mejor que no te acuerdes de la suya, o te enamoraras de su compañero de habitación.

Jessica miro a Clemence riéndose.

—Para luego odiarlo. Es muy borde, aunque Marco dice lo contrario, que hay que conocerlo.

Me despedí de ellas y subí al ascensor. Justo se cerraban las puertas cuando un chico metió la pierna y las puertas automáticamente se abrieron.

—Buenas noches - dijo el chico que se había subido al ascensor.

Tuve un palpito, y estas cosas solo me pasaban a mi conque seguro que acertaba.

—¿Eres el compañero de Marco?

El chico me miro extrañado.

—Si.

Me eche a reír. Era guapo, muy guapo. Cara aniñada, sin barba, alto, cuerpo tonificado pero no en exceso, si, pasaría alguna que otra noche con el pero, ¿enamorarme? Las chicas exageraban. Jamás me enamoraria de alguien así.

—¿Te ríes de algo?

Él me miraba serio y yo solo observaba las puertas hasta que se abrieron. Lo miré.

—Claro, es obvio que me río de algo.

Volví a reírme y las puertas se cerraron con el dentro.

Entré a mi habitación, que estaba en la tercera planta y saqué varias cosas de mi maleta. Ordene los perfumes, las cremas, la ropa, alguna que otra foto y sobre todo mi querido ordenador.
Quite esas mantas horrorosas de mi cama y saque un juego de sábanas y edredon de otra maleta, desde luego venía preparada para cualquier guerra o invasión zombie.

—Esto ya parece otra cosa.

Dije sonriendo.

Le désir | Shawn Mendes |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora