Un Amor Para Mi (En Edición)

Prólogo

8 años atrás

En un rincón escondido en la casa se encontraba la pequeña Katherina llorando por su padre, mientras sujetaba a Doroteo, su peluche favorito, ella trataba de refugiarse de lo que ocurría en su escondite, aquel lugar que la protegía de regaños y de cuando quería llorar sin que la vieran, ese era el lugar más seguro para ella, era su lugar como ella decía, las lágrimas caían de sus mejillas empapando a su pequeño amigo mientras lo abrazaba como si aquello la protegiera.

Se escuchaban unos pasos que se acercaban a ella lo cual hizo que la pequeña disminuyera el llanto para evitar ser escuchada -Katy, ¿Dónde estás?- aquella voz la cual en la mayoría de tiempo sonaba alegre se escuchaba apagada y al borde del llanto -anda Katy, sal- dijo más en suplica que en petición Matt, la pequeña abrió la puerta y salió a gatas sujetando con una mano a Doroteo, Matt la ayudo a levantarse y la abrazó, ambos niños lloraban juntos y se consolaban mutuamente -Matt...- dijo la pequeña levantando la cabeza, mientras su hermano la miraba -¿papá se ira de la casa?- él pensó su respuesta ya que no sabía lo que pasaría -no lo sé...no creo que mamá lo eche- la pequeña asintió de manera casi imperceptible y agacho la mirada -es papá, no se puede ir- dijo Katherina. Ambos se quedaron abrazados sin moverse, ambos aún eran muy chicos para entender lo que ocurría. Mientras ellos se encontraban en la planta baja se escuchaban gritos de sus padres, más que nada de su madre - ¡Me mentiste André!- decía su madre -¡Yo te di mi vida, toda mi confianza, -se escuchaba la voz cada vez más cerca junto con el sonido de dos pares de zapatos - teníamos una familia hermosa la cual te amaba, unos hijos que te veían como su ejemplo! -la voz de la madre comenzó a cortarse- y con tus actos acabas de perder todo esto que construimos juntos...que si ya tienes a otra es hora de que te largues de mi casa -sentencio ella a media escalera- yo no me iré de aquí Marisa, a menos que mis hijos me lo pidan- dijo el seguro, ya que pensaba que sus hijos no lo dejarían ir -mami- dijo Katherina saliendo se su escondite junto con su hermano caminando dirección a su madre -hijos- dijo la madre- cachorro, princesa- dijo su padre acercándose a ambos- creo que ya escucharon la plática de su madre y mía y quiero saber si -Matt lo interrumpió- queremos que te vayas padre -dijo el pequeño muy decidido, mientras se limpiaba las lágrimas abrazando a su hermana con un brazo, tal parecía que él lograba entender algo de lo que ocurría- hija...- el miro a la pequeña mientras aun intentaba asimilar lo que le dijo su hijo, Katherina simplemente lo miro -te amo papi- se escapó de su hermano y corrió a abrazar a su padre -no quiero que te vayas pero le haces daño a mami- empezó a llorar la pequeña -por eso creo que es mejor que te vayas-la niña lo miro a los ojos- pero tengo miedo que me dejes de querer-su padre la abrazo más fuerte mientras el pequeño niño trato de apartarla de ella pero su madre se lo impidió y lo miro con lágrimas en los ojos indicándole que no lo hiciera, que no los separara -nunca te dejare de querer hija- miro al pequeño -ni a ti hijo -suspiro- les prometo que los veré de nuevo, no me olvidare de ustedes hijos - el padre dejo a la niña y su hermano Matt se acercó a ella y la abrazo mientras la pequeña seguía llorando pues su padre se dirigia a la puerta mientras un empleado se acercaba con dos maletas -en los próximos días te mandare tus demás cosas -dijo la madre con lágrimas de enojo, tristeza y decepción, él abrió la puerta y tomando ambas maletas salió de aquella casa, dirigiéndose a su carro, pero lo que ellos no sabían era que si subía a aquel carro, la relación con sus hijos cambiaria, ya que en ese momento de aceptar irse provoco una tristeza inmensa en los pequeños la cual no se quitaría fácilmente ya. Ese día habían perdido a su padre el cual durante un largo tiempo no sabrían nada de él y al volver a verlo su relación cambiaría de manera drástica.