Un can con un pelaje precioso de color amarillo con un toque de dorado, se encontraba corriendo de un lado a otro, la capa verde que traía puesta revoloteaba gracias al movimiento, ya llevaba varios minutos fuera de aquella casa acogedora, el jardín era ideal; pero terminaba siendo aburrido.
-¡Trolli!- Lanzó un grito estando cerca de la puerta principal, usó ambas patas delanteras intentando abrirla de algún modo; pero al no conseguirlo se limitó a hacer sonidos de un cachorrito llorando.
Tras unos momentos la puerta fue abierta, un chico de cabello castaño era quien le abrió, la cola del can se agitó de un lado a otro por emoción, y antes de que el castaño dijera algo ingresó sin pedir permiso alguno.
Víctor, quién aún se mantuvo en la puerta, soltó un pequeña risa, las mascotas eran un caso especial y lo entendía muy bien, lástima que siempre existían contratiempos que se debían tomar en cuenta. Cerró la puerta y volvió a su sala.
-¡Trolli! ¡Vamos a por Diamantito!- El grito emocionado se oyó, mientras el can de nombre Mike, se encontraba sobre su dueño, se notaba mucha emoción en sus palabras.
-Ahora no Mike.- Su dueño fue amable al decir aquello; pero hacía falta algo más para convencer a su caprichoso compañero. - Pero podemos ir más tarde.- Agregó sonriendo de manera leve, una característica de este.
-Esta bien.- Contestó el can a regañadientes, además de hacer un puchero, de pronto se quitó de encima de su dueño para no incomodar.
El ambiente se relajó un poco y los presentes aún tenían un asunto que atender.
-Mike puedes explorar un poco la casa, así no te aburres mientras nosotros hablamos.- El amable tono de voz provino de Mayo, además de agregar un sonrisa, eso fue suficiente para convencer a la mascota.
-¡Vale!- Le contestó con emoción y se alejó de inmediato de aquella sala de estar.
-¿Y ya lo pensaste?- Cómo el can se fue, ya podían hablar con tranquilidad, Víctor fue quién preguntó aún preocupado por la situación.
-No me queda de otra, no me puedo hacer la idea de que le dejen sin ilusiones, es algo complicado; pero no puedo hacer mucho por él...- La voz de Trollino se iba quebrando por las palabras que decía, ahora mantenía una mirada baja, hace tan sólo momentos logró fingir que estaba bien; pero poco a poco su voluntad se derrumbaba.
-No comprendo del todo... ¿Por qué Mike atacaría a un niño? Él nunca fue agresivo.- Dijo de pronto Mayo, los contrarios le observaron atentos.
-Yo tampoco lo entiendo, simplemente no tiene sentido.- Víctor le dio la razón, no había mucho que agregar a eso, el acto tenía a todos impactados.
-Cuando le pregunté que sucedió, me dijo que no recuerda nada de eso, por suerte no se enteró de las amenazas que hicieron.- A pesar de toda la situación, Trollino trataba de mantenerse firme agregando la información necesaria; pero los sentimientos de frustración y estrés lo obligaban a sentir culpa.
<><>
-Chocolate, chocolates ¿Dondé están los chocolates?- Mike dio con el cuarto de cocina, un aroma lo terminó atrayendo y comenzó a buscar, revisaba los cajones y estanterías en busca de su cometido, mientras las cosas que tiraba en el transcurso de su búsqueda quedaban en el suelo sin importancia.
La búsqueda no duró demasiado ya que pronto notó una palanca un poco escondida, revisó las cosas a su alrededor intentando descifrar a que se conectaba o que activaba, al no encontrar algo coherente, hizo lo que cualquiera haría en esa situación, accionar la palanca. Unas escaleras repentinas se abrieron debajo de sus patas y terminó rodando por las mismas hasta llegar a un piso inferior.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo A Ser Humano [Mikellino]
FanfictionUn lindo can se transformó de alguna manera en humano, ¿Crees que se logré comportar como uno? Ven y descúbrelo