Conversación

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-Ojala te mueras- replicó con acento hiriente.

Hizo hincapié en la palabra mueras, la llenaba de fuerza, de verdad, mientras la tiraba hacia mi persona como si fuera la diana de su flecha. Y sí que lo era. Pero era una diana vieja. Casi deshecha de tanta flecha. Descolorida y putrefacta. Una diana asquerosa que nadie en su sano juicio querría.

Pero lo hacían. La gente me quería. Tenía muchos amigos y hablaba con mucha gente. Notaba la felicidad que llegaba a sus ojos cansados cuando yo me acercaba y, con una voz aguda y de tono desequilibrado, soltaba un ¡Holi! De vocales largas, desbordadas de felicidad, que era respondido con una imitación barata. Jamás entenderé como mi existencia es tan cruel. Como mi interior se pudría en oscuridad y deseos de final mientras mi exterior irradiaba un sentimiento amarillo que cautivaba los corazones de mis conversantes. ¿Porque yo no podía tener esa felicidad que daba a los demás? ¿Porque tenía que sentir mi corazón cubrirse de carbón cuando mis círculos sociales se bañaban en luz solar? ¿Como debía sentirme ante tan dolorosa traición? La traición a mi mismo. Que dejaba que mi cuerpo se marchitara, ahogado en la tristeza del cobarde.

-Ojala te mueras- repitió el atacante ante mi silencio- Ojala me muera- Notaba la tristeza en la entidad incorpórea del hablante- ¡Ojala nos muramos! !No soporto esto más! ¡Quiero salir! Dejame salir...- Suplicó.

-Lo siento- me disculpé- Siento ser tan cobarde. Siento tenerte esclavizada ahí arriba. Soy incapaz de darte lo que deseas, de sacarte de ahí y que subas al mundo de las ideas que tanto añoras. El miedo nos obliga a quedarnos, nos obliga a resistir, nos obliga... A amarnos. El mundo quiere que nos amemos en esta tiranía de la felicidad que habitamos- Respondí sincero.

-Yo no quiero amarte. ¡Jamás lo haré! Como amar a alguien tan cobarde, huérfano de amor propio y sin ganas tampoco de criarlo. Lucha y te amaré. Nos amaré como unidad. como si no fuera una simple res cogitans atrapada en ti. Liberame o refuerzame. Pero ayudame. Colabora y danos la vida que nos merecemos, Donde el sentimiento deseado nos ilumine y nos bañe, como lo hace con los demas- Replicó la incorpórea

-Alma mía... No sé como hacer eso- Suspiró la sinceridad de mi interior- ¿Como amar un conjunto tan grande de defectos? No encuentro belleza en mi ser. Tampoco en mi personalidad. Deseo ayudarte, florecer sentimientos de colores vivos hacia mi persona. Mirarme a un espejo y decirme que lo hice, que lo logré. Me amé. Me acepte...-

-¡Ni siquiera lo intentas! ¡Me das pena! ¡Me das asco! No eres más que un despojo de la sociedad. Sin metas ni sueños. Ojalá hicieras realidad esos pensamientos tuyos. Ojalá abrieras la ventana. Si no te quieres y tampoco lo intentas ¿Para que seguir? ¿Porque no acabas con todo? ¿¡Porque no nos haces un favor y te acabas para siempre!?- Su ira me golpeaba sin piedad

-Pues...-

-¡Suicidate! ¡Hazlo ya! ¡Hazlo sin pensar! Nadie te quiere, nadie piensa en ti ¡No existes en la mente de nadie!- Lanzó dolor sin piedad

-Lo estas... -

-¡Callate!- Me cortó veloz- ¡Deja de hablar y de existir! ¡Evaporate como espuma de mar y liberanos de este sufrimiento que es ser tu!- Una lágrima delineó mi ojo y recorrió mi mejilla- ¡Muere, muere, muere! ¡Estas solo en el mundo! ¡Nadie te quiere! ¡Nadie te respeta! ¡A nadie le!- su grito cesó- importas...

-Lo estas volviendo a hacer... - Dije con interferencias vocales. Respire y seguí- Siempre me pides que siga adelante, que me quiera... Y eres la primera que me ataca y me hiere. ¿Como quieres que me ame y que florezca el sentimiento buscado si eres la primera que lo mata cuando la semilla rompe bajo tierra? ¡Estoy harto de ti! Estas equivocada, muy equivocada. Yo soy tu exclavo, no al revés, tu me haces ser así ¡Tu y tu asqueroso azul constante!-

-La existencia es cosa de dos, querido- sentí una caricia en la quinta dimensión de mi mejilla- tenemos que colaborar para prosperar- Habló calmadamente, como si no acabará de sumirnos en un pozo de aguas negras

-Siempre haces lo mismo, siempre igual- Decidí acabar con ella de una vez por todas- Voy a callarte. Voy a talar el azul de tu voz, que es la mía también, y voy a prosperar. Cuando todo este bien, cuando crezca fuerte y radiante en mi, te daré voz. Reiniciaré nuestra conversación y me reire de tus comentarios para alimentar aún más el amarillo-

-...-

-Así me gusta- Sonreí

Conversación (Mini Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora