' Luego de aquella noche,
su vida cambio totalmente,
destruyendo por completo las reglas
que algún día prometió nunca romper. '
taennie fanfic
romance
Fanfic
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Rules
Sus ojos se abrieron de golpe, respirando con dificultad y casi cayendo de su cama. Las imágenes deterioradas de la noche anterior la atormentaron, inmediatamente, pasando sus puños en los ojos, intentando quitar esas imágenes, no tan aptas para menores de edad.
La escena hablaba por si sola, sus pechos al aire, el cabello hecho trizas y;
El cuerpo del chico.
Abrió su boca y llevó una mano a ella, no podía creerlo, tampoco es como si quisiera creerse a ella misma teniendo relaciones con ese muchacho, ese mismo que ni siquiera sabia su físico, lo habia olvidado, y que le estuviera dando la espalda no ayudaba del todo.
Respiró hondo esperando tranquilizar sus emociones.
Tocó su hombro, con poca seguridad volvió a tocarlo, con muchísimo miedo en su sistema. ¿estaba vivo? ¿era un sueño? Esperaba que lo ultimo sí, y lo primero, quizás, no.
El susodicho tenia pinta de no querer despertarse, pero las manos canelas de Jennie, esta vez, le dieron un manoton en la cabeza causando el efecto cliché; el chico gruñendo y levantándose. Pero Jennie no esperó ver su próxima reacción, chilló y en su transcurso envolvió todo su cuerpo en la manta color blanco. Que no vea que estoy aquí, Diosito.
—Dime que es una broma...—abrió sus ojos de par en par, dejando de respirar esperando que el chico no notara su presencia. —hey, paloma mami...
¡¿paloma mami!?
Ni siquiera sabia en qué momento cambió su nombre, pero le molestó tanto que quitó la manta de su rostro y lo observo desde esa distancia, frunciendo sus cejas de inmediato tratando que notara su enojo ante su broma de mal gusto.
—Al fin, pensé que te habías asustado tanto que te dio un patatu.
Los labios rojizos del muchacho se elevaron en una sonrisa, y por un instante no sintió esa carga en su cuerpo pues el hombre no estaba tan mal; cabello rojizo, ojos mieles, piel tostada y ni hablar de su voz, tan ronca que pudo sentirse erizarse. Como un chico sacado de su imaginación, de esos perfectos que no tenían ni una imperfección desajustando su rostro.
—No soy paloma mami —vociferó, con esa mala pronunciación al español, sintiéndose estúpida por recalcarselo.
—y yo no soy Dios griego. —pudo escucharle esa chispa de bromista, no quiso imaginar a ella diciéndole eso en mitad del acto mientras la cerveza se apoderaba de su cuerpo. —pero descuida. Pensé que al menos recordarías un poco de esto.
