Montañas

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Salgo por la puerta de mi casa aproximadamente a las cinco de la tarde, llevo un gran abrigo y el pelo algo despeinado y revuelto. Voy curiosamente puntual a coger un tren de camino al centro de Madrid. Allí me está esperando un amigo que viene a verme desde Castilla-la mancha en coche con su madre.

Me ha hablado poco de ella, a duras penas sé su nombre lo cual me hace sentir incómodo, pero ya veré cómo me las apaño para caerle bien.

Camino por la calle, el viento mueve ligeramente mi pelo el cual ya está algo largo; quizás debería ir a la peluquería. A los pocos minutos llego a la estación y subo al tren, no me cuesta mucho rato llegar a mi destino. En el tren hay un par de chicos tocando la guitarra y cantando canciones españolas que desconozco, no es mi tipo de música. 

También hay una mujer vestida de forma muy extraña a mi lado la cual me incomoda por lo que trato de no mirarla y mantener las distancias. Durante el trayecto voy hablando por whatsapp para asegurarme de que mi amigo, Luis, está llegando. La respuesta es afirmativa y a los pocos minutos llego al lugar donde habíamos quedado. 

Primero le veo a él, lleva una camiseta a rayas blanca, roja y azul la cual ya le he visto un par de veces puesta. A su lado, está su madre, que no lleva un abrigo sino un suéter blanco algo apretado, se puede notar que tiene grandes dotes. Eso causa en mí un sentimiento extraño, algo parecido a cuando mi mano diestra me acompaña en las noches más solas. Trato de desviar mi atención, no quiero pensar cosas de este estilo con la madre de un amigo, joder, que turbio está siendo todo.

Me acerco a saludarle, todo parece normal. Le doy la mano a él y a su madre un par de besos (nunca he entendido estas extrañas costumbres) como sea, al darle los dos besos siento esos grandes dotes rozarme. Algo en mi pantalón surge igual que una montaña surgiendo de las entrañas de la tierra. Me estoy dando mucho asco a mí mismo.

La mujer se presenta, al parecer se llama Juana y debe de tener unos cincuenta años o incluso menos, se me hace difícil esto de distinguir la edad de la gente.

Estamos en un centro comercial por lo que empezamos a caminar los tres juntos viendo los expositores de las diferentes tiendas, la decoración del centro es muy agradable y me hace sentir a gusto pero, por algún motivo, sigue sin bajarse la montaña. Vamos hablando de temas tranquilos, debo conocer a su madre ya que quiero hacer un viaje con Luis a Barcelona y necesito la aprobación de sus progenitores, como es obvio. 

Finalmente Luis se detiene en una tienda de cámaras y electrónica, por algún motivo nos deja solos fuera mientras él pregunta cosas a un dependiente del establecimiento.

-Así que te llamas Marco, ¿no es así? - La mujer articula las primeras palabras que inician una conversación.

-Así es. - Me siento bastante nervioso así que decido hacer una respuesta corta. Disimuladamente miro sus pechos.

-¿Cuánto tiempo llevas hablando con Luis? - Me mira a los ojos al hablar, quiero que me trague la tierra.

-Unos cuantos meses, lo cierto es que nos llevamos muy bien y como sabe, no es la primera vez que nos vemos.

-Supongo que está bien. ¿Puedo preguntarte cómo es que estás tan rojo? - Mierda, sin darme cuenta me he puesto más sonrojado de lo que suelo estar. Mi cara está completamente ardiendo y ni me había dado cuenta. 

-Oh ehmm... Lo cierto es que siempre suelo tener los mofletes rojos por algún motivo que desconozco, lo siento. - Mi voz no suena tan segura como antes.

La conversación termina ya que Luis sale de la tienda y empiezo a conversar con él, su madre permanece callada.

Tras unos minutos caminando y hablando con tranquilidad, el rojo de mi cara se va lentamente y decido ir al baño dejando a Luis y su madre fuera.

El baño está bastante limpio lo cual me extraña. No quiero hacerles esperar por lo que no tardo mucho en mear en un orinal. Escucho la puerta de los baños abrirse, supongo que será otro hombre pero al mirar me doy cuenta de que ella.

No sé cómo ha entrado al baño ni la excusa que le habrá puesto a Luis para entrar aquí pero inmediatamente me guardo el pene y subo la cremallera.

-¿Qué haces aquí? - Me siento bastante intimidado por su fija mirada.

-He visto cómo me mirabas, Marco.

De repente cierra la puerta de los baños y se acerca a mi, rápidamente me empotra contra la pared. Me quedo totalmente inmóvil, nunca había tenido una experiencia así con una mujer.

Mirándola de cerca me doy cuenta de lo bien conservada que está para su edad.

-Solo tenemos unos minutos.

La mujer empieza a besarme apasionadamente y por algún motivo yo le sigo, nunca he besado a nadie y no creo estar haciéndolo bien, menos aún a la velocidad a la que mueve la lengua esta mujer.

La montaña vuelve a alzarse en mis pantalones y la mujer comienza a frotarla con la mano. La aparto de golpe.

-¿Pero que está haciendo señora? - Le digo con un tono bastante agresivo.

-Sé que quieres esto chico, me gustan vírgenes como tú. Sois tan adorables... 

-¡Pe-pero yo estoy casado con otra mujer!

-Tranquilo, que no se lo contaré.

La mujer vuelve al ataque empotrándome de nuevo y besándome con pasión. Escucho la puerta abrirse y seguidamente la voz de Luis. 

-PERO MAMÁ QUÉ ESTÁS HACIENDO!!!! - Luis empieza a chillar como suele hacer en discord de forma irritante.

La mujer se separa de mi, limpiando la saliva de su boca y mirando a su hijo. Yo la alejo de mi y camino hacia fuera del baño, me doy cuenta de que la erección ha bajado. 

-MAMÁ QUÉ COJONES ME CAGO EN TODO MAMÁ

Escucho gritos provenientes del baño pero no les presto mucha atención, el corazón me va a cien por hora.

Algo me golpea por la espalda y me tira al suelo al momento, me hago daño en las manos al golpear el suelo. Me giro para ver lo que ha pasado a mis espaldas.

Veo a un enorme dragón echando fuego por la boca hacia arriba, Luis ha quedado chamuscado y está retorciéndose en el suelo. Mis ojos se abren como platos y trato de levantarme del suelo para salir corriendo. El dragón me persigue por el centro, veo como la gente sale corriendo y se refugia donde puede. Esquivo el fuego que sale por la boca del dragón como mis piernas me permiten y termino llegando a la salida del centro. Se me ha olvidado lo que era pensar, no sé que coño hacer. 

Estoy fuera, respirando aire puro y miro a mis espaldas, todo está destrozado y el dragón está tras de mi.

Entonces, abro los ojos lentamente despertando del extraño sueño que he tenido. Poco a poco me levanto de la cama y miro mi móvil. Hay un mensaje de Luis confirmando que va a poder quedar hoy.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2020 ⏰

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