Otro infierno. El mismo instituto, las mismas personas, las mismas caras y estudiar. Esos era un campó de batalla sobre todo para "Los Raritos". Ya sabes, los típicos clichés de instituto.
Zack, nadie lo conoce. Nadie habla de él o con él. Era un chico misterioso, no hablaba, no tenía ningún amigo y en los recreos siempre se sentaba en un lugar apartadó del patio para ponerse a escribir. Su situación en casa no era muy buena, vivía con sus padres. Un alcohólico que casi nunca estaba en casa, y cuando estaba en casa, Zack no estaba.
Era un chico con imaginación y sabia como utilizar las letras.
Escribía canciones representando sus emociones en poemas de letras y palabras tristes, emocionales y muchas veces mandando indirectas para que lo salvarán de su padre alcohólico.
Pero muchas personas pensaban que sus canciones no eran canciones de verdad, sí no basura con música.
A él no le importaba, no lo hacía para complacer a los demás. Sólo lo hacía para él y para expresar sus emociones.
Ahora, el real banda ema, él instituto. Eso si que era una mierda.
A Zack no le importaba estudiar, el problema era con las personas con la que ÉL estudiaba. Todos eran unos idiotas, bueno, no todos pero lo mayoría sí. Las sifrinas del instituto eran sólo unas ofrecidas y los sifrinos del instituto, que eran la mayoría, eran unos analfabetos que se peleaban sin ninguna razón aparente.
Al parecer, uno de los sifrinos decidió tomar un enfrentamiento con Zack.
- Tú, el de los piercings.
Dijo un chico, no muy alto, pero conocido por su mal carácter y las expulsiones del centro. Zack lo ignoró haciendo que el otro adolescente de pícara más.
- ¿Estás sordo o qué, idiota?
Dijo dando una carcajada haciendo que su pandilla se riera también.
- No estoy sordo, sólo que no quiero perder él tiempo hablando con un gordo seboso como tú.
Dijo Zack mientras se levantaba del suelo con su libreta en mano.
Los "amigos" del el "patrón", como lo llamaban, gritaron varios "¡OOOOH!" haciendo que el "patrón" se picase mucho más.
El más bajo se acercó a Zack.
- No me vengas de listó, imbécil.
Dijo para empujarlo bastante fuerte contra la pared.
- ¿Eso es lo que quieres? Muy bien.
Zack se remango las mangas de la sudadera negra.
Zack, como siempre, término con la nariz sangrando y con una rodilla raspada y sangrienta. Él "patrón" quedó peor que Zack, y por esa razón le echaron la culpa a el diciendo que había empezado la pelea.
Fue primero a la enfermería para curarse las heridas. Lo mandaron a jefatura para hablar con el director, a Zack no le importaba, lo único que quería era irse a casa de una vez y dormir "tranquilo".
Se sentó delante de la puerta del director, ya que le dijeron que estaba con otro estudiante.
Mientras estaba esperando, un chico con una medía sonrisa se sentó unos tres asientos lejos de él. Zack siguió mirando a él suelo mientras al otro chico miraba al frente con una sonrisa en la cara.
