◊ Ⅷ ◊

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Rastro

Queda una semana para que acabe de noviembre, habían dado de alta a Kakyoin y a Josuke le quedaba un día para poder irse.

Jotaro fue a recoger a su esposo, vió que caminaba lento hacia él con una sonrisa. Kujo no resistió más y corrió a abrazarlo, lo tomó de los muslos y con cuidado lo elevó, haciendo que Kakyoin lo abrazara por el cuello y enredara sus piernas por su cadera. Ambos se besan como si fuera la última vez que se vayan a ver. La gorra de Jotaro casi cae al suelo de no ser por Kakyoin que la agarra antes de empezar a besarse. Hubieron corazones rotos de parte de las enfermeras que querían preguntar por el número de Jotaro y al ver que besaba a su esposo se les quitaba la idea de la mente.

–Aún queda el paciente de las cinco balas –susurra una.

–Estás loca, es un menor de edad pero hay que intentarlo.

La pareja separa sus labios y se miran a los ojos por unos segundos. Jotaro baja a su esposo y se dirigen a casa.

–¿Lograron saber algo de ella?

–No hemos perdido su rastro y tememos de que ataque en cualquier momento. Rohan está viviendo en la casa de los Higashikata al igual que Hayato, tuvimos que contarle todo a Tomoko. Jolyne te extraña –comenta sacando el tema de Shinobu–, ella sí que estará muy feliz de volver a verte.

Kakyoin sonríe y responde que está emocionado volver a casa, solo espera volver a ver a su hija en sus brazos aunque tendrá que tener cuidado con la herida, si Josuke estuviera bien le pedirían que lo cure pero no está en condiciones de hacer que use su Stand por preocupación a su salud aunque él ya se había ofrecido pero se negaron para que no haga algo que luego provoque más días en el hospital.

Al volver a su casa, fueron por Jolyne a la casa de los Higashikata y la pequeña se alegró de ver a sus padres juntos una vez más, aceptó ir a casa sin dudar la orden de su padre. Una vez en casa Kakyoin aprovecha el tiempo en familia. Durante el resto del día no se tocó el tema de Shinobu y sus secuaces, en especial de su nuevo misterioso seguidor que solo Yuya, Tomoko, Koichi y Josuke han visto como para poder identificarlo.

Mientras tanto en el hospital una enfermera había entrado al cuarto de Josuke cuando Jotaro se había ido con su esposo a casa.

–Disculpe la molestia pero el señor Kujo me había pedido que le entregara esta carta –dice una vez dentro del cuarto mirando al muchacho.

–No hay problema –sonríe recibiendo la carta.

–Le han llegado varías cartas desde que llegó, me imagino que debe ser alguien especial –comenta antes de irse.

–Si que lo es –sonríe mirando la carta antes de abrirla y vuelve a mirar a la enfermera–, es muy especial para mi.

La enfermera intercambia sonrisas con él y se retira del cuarto dejándolo solo.

Josuke mira el sobre, blanco como los sobres de las demás cartas que ha podido enviar Rohan y su interior acompañado del aroma de el perfume de Rohan. Abre el sobre saca su contenido, una carta con una foto, se dirige primero a la carta por la emoción por leer lo que había escrito su amado para él y luego prestar atención la fotografía que le había enviado.

Cartas color esmeralda ||VIDA ENTRE CAOS|| 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora