Pasión peligrosa

Consulta 1: El inicio de Wade

Lunes 25 de agosto de 1997

Día lluvioso en algún lugar de Seattle...

11:32 am

Psicólogo: ¿Y dime cuál es tu motivo de consulta?, he leído tu historial y existen ciertas cosas que me preocupan, para poder encontrar una solución a esto necesito que comiences por hablar sobre ti, sobre tú vida y lo más importante sobre lo que desees contar, adelante te escucho. – Suspiro.

Jefferson: No me agrada la idea de tener que venir con usted dos veces a la semana, pero da igual, no creo que alguien pueda ayudarme, de todas formas, las muertes hechas están, ellas nunca volverán aquí, y aún menos si no han encontrado sus cuerpos... no le temo a nada, y de igual manera no tengo nada que perder, usted dirá doctor, ¿qué le puede interesar saber de un enfermo mental como yo? – Risas.

Psicólogo: No es de hablar sobre lo que me pueda interesar, si no de que me cuentes aquello que desees sacar a la luz ¿existe algo que te atormenta actualmente? –Retira la mirada.

Jefferson: ¿Atormentar?, toda mi vida ha sido un tormento...desde que era niño nada fue fácil para mí, pero que importa eso, me las arregle yo solo para continuar mi vida y aquí sigo, nada me importa desde hace mucho tiempo. – Respondió molesto.

Psicólogo: Bueno, por algún lado debemos comenzar, ¿no lo crees?, mira tenemos varias sesiones por delante y te encuentras obligado asistir a cada una de ellas, puede que logremos un cambio en ti, vamos a intentarlo, nada perdemos, te escucho. – Dijo con tono de voz alto.

Jefferson: Preferiría la muerte, estar condenado a las rejas es algo que me enloquece, pero tampoco tengo una vida afuera que me gustaría vivir, ¿acaso no entendió cuando mencione "No tengo nada"? – Respondió molesto

Psicólogo: Tenemos mucho tiempo, tú decides si solamente quieres sentarte frente a mi o aprovechas ese tiempo, será más rápido si decides cooperar, solo digo. – Se dio vuelta en su asiento.

Jefferson: – Suspiro – Vale, está bien, aunque en verdad no creo que le interese mi vida, pero si usted tanto insiste le platicare que cosas han ocurrido, para convertirme en la basura que soy, ¿feliz doctor? – Mira en dirección al psicólogo.

Psicólogo: – Gira su silla hacia Jefferson – Bien, te escucho.