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Jungkook entraba en la disco con su traje de negocios perfectamente planchado y sin ninguna pelusa, digno de empresario.

Caminó por el lugar hasta llegar a una de las habitaciones casi cerradas, esperando a que llegarán con su carta para pedir su bebida alcohólica favorita, una exquisita champagne Dom Perignon Rosé 2000 de 30.000 dólares.

- Buenas tardes señor Jeon, aquí la carta, ¿lo mismo de siempre o desea otro tipo de bebida está noche?- Preguntó la dueña del lugar, Nayeon.

- Lo mismo de siempre preciosa. Y quiero la carta de acompañantes por favor.- la rubia asintió con una enorme y linda sonrisa y salió de la habitación en busca del bebestible. Unos minutos más tarde llego la misma chica con una botella de su alcohol y la carta que había pedido. -Gracias Nayeon.- la dueña sonrió y se fue para luego volver.

Jungkook se tomó su tiempo para escoger a una acompañante, pero ninguna le llamaba la atención mediante vista ni por personalidades hasta que dio con un chico peliazul de mejillas regordetas. Lindo, pensó. Esperó a Nayeon. Lo importante de las cartas, es que solo decían las personalidades, no nombres ni gustos, así nacía conversación.

-¿Ya escogió su acompañante?- Jungkook asintió.

-El peliazul.- Jeon no se consideraba homosexual, pero algo tenía ese chico que le estaba llamando a conocerlo. Nayeon asintió y se fue con otra enorme sonrisa. A los pocos minutos, llegó un chico con apariencia tímida y tierna. -Hola- saludó

-H-hola señor...- le saludaron de vuelta, Jungkook no pudo evitar sonreír ante tan precioso niño, no aparentaba más de 22 años, y Jungkook ya iba para sus 26 años.

-¿Qué edad tienes pequeño?- tenía una gran curiosidad en saberlo.

-19 años, señor.- Jungkook se sorprendió, vaya que era joven. Sonrió al ver el tierno sonrojo que se había formado en las mejillas del chico.

-¿Cómo te llamas?-

-Jimin, Park Jimin, señor Jeon.- Sonrió, ¿quién no conocería el nombre de unos de los mayores empresarios de Seúl? Llamó a una chica de cabellos rojizos para que le abriera la botella.

-¿Gustas?- preguntó, extendiendo una delgada copa con el alcohol de color rosa la cual fue recibida con gusto. Cuando los carnosos labios de Jimin tocaron el objeto de cristal, Jungkook no pudo evitar relamer sus labios. -Cuéntame sobre ti, Jimin.-

-P-pues, estoy aquí para poder pagar mis estudios, estudio danza contemporánea.

-Vaya, interesante.

Así pasó parte de la noche, ambos se conocieron poco a poco, ya habían tomado dos botellas del mismo licor, pero Jeon no planeaba irse, no por ahora. Hablar con el menor se le estaba haciendo gracia.
- Creo que es suficiente alcohol por hoy, señor Jeon...- Jimin ya estaba entrando en borrachera, pero Jungkook era un caballero.

- Sí, ya no tienes buen aspecto, llamaré a Nayeon.- cerca de su posición estaba un pequeño botón el cual presionó y pocos minutos después llegó su amiga.

- ¿Otra botella Jungkook?- el mencionado negó.

- No preciosa, ya he tomado suficiente por hoy, Jimin ya está entrando en borrachera y no quiero que se intoxique.

- Vamos Jimin, le pediré a Namjoon que te lleve a casa.- El menor dio las gracias y se despidió de Jungkook con una reverencia de cabeza.

Esa noche Jungkook no durmió bien, esos labios carnosos, ojos diminutos que se convertían en finas líneas al sonreír. Su personalidad. Todo le rondó por la cabeza esa noche.

Acompañante de beber «Kookmin» [Two-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora