Todo estaba oscuro, por lo tanto era difícil reconocer el lugar en el que se encontraba. No tenía más opción, debía levantarse y averiguar que rayos estaba pasando. En el momento en el que se levantó, un fuerte mareo casi la consume por completo de no ser por su determinación a descubrir el porque de la situación. La oscuridad de el lugar decidió alejarse poco a poco, para dejar a la vista lo que, según ella, era un hospital. No pudo evitar sentir un escalofrío por todo el cuerpo, los hospitales eran su sitio menos preferido, pero debía saber porque estaba allí. las luces eran intermitentes y daban un aspecto escalofriante al lugar, el olor a humedad era casi insoportable, sin mencionar el frío que no dudó en hacerse notar al instante. Caminaba por el lugar sin rumbo alguno mientras trataba de recordar porque y cómo había llegado ahí, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un golpe metálico que se escuchó a lo lejos. No podía evitar que el miedo se apoderase tanto de su mente como de su cuerpo, pero ni siquiera tuvo tiempo de pensar en el miedo antes de que un espejo cayera justo enfrente de ella sin que, por supuesto, éste sufriera alguna ruptura. Las luces dejaron de ser intermitentes y empezaron a funcionar como si estuvieran recién puestas, cómo si el lugar tuviese la intención de mostrarle algo, algo que sin duda, era su reflejo. No se abstuvo de observar su reflejo por mucho tiempo, casi podía sentir como el espejo esperaba con ansias el momento en el que ella se viera. logro divisarse de manera más que clara, sus ojos con iris de un color rojo intenso, su cabello era Azul oscuro, tan oscuro que era fácilmente confundible con el negro. Pero eso no era lo que le llamó la atención, no, sino el uniforme de escuela manchado con sangre y el hacha en su mano derecha, sin mencionar su mirada y esa sonrisa de satisfacción vacía. Las luces volvieron a apagarse por un segundo y encenderse, su reflejo no había cambiado, pero el hospital si, ahora estaba cubierto de sangre e incluso habían cadáveres detrás de ella, seguidos por un rastro de sangre que conducía a sí misma, como si quisiera resaltar lo evidente: ella los había matado. Estaba atónita ante la escena, pero nuevamente fue interrumpida, esta vez no por un espejo, sino por un grito distorsionado que parecía provenir de cada rincón, todo se oscureció y enseguida perdió la conciencia.
Despertó agitada y confundida, sin embargo, al mirar a su alrededor lo único que encontró fue su habitación. Se levantó al baño para lavarse la cara, en un movimiento casi automático se Miró al espejo, no obstante, la sangre que antes la embadurnaba no daba signo de siquiera haber estado ahí. En cuanto a su apariencia, todo seguía normal, su cabello Azul Celeste y sus ojos color Cyan. Solo fue un sueño, se dijo para intentar tranquilizarse. Por un momento, perdió por completo el control de sus labios y estos temblorosos, pronunciaron un nombre: Sirea. Solo pasaron unos segundos antes de que Zafiro recuperase el control total de su cuerpo, así que caminó hacia su habitación nuevamente. Seria algo lógico estar confundido en una situación así, pero Zafiro no lo estaba, sabía que en su interior había algo oscuro y que su nombre... Era Sirea.
En La Mañana
El despertador sonaba fuerte y era molesto, Zafiro no había dormido bien la noche anterior y apenas si tenía la energía suficiente para apagar la alarma de el despertador. Sabia que tenía que levantarse, pero la idea de cerrar los ojos era demaciado atractiva como para resistirse. Maldición, dijo en voz alta y con algo de afán en el momento en el que vió la hora, así es, se había quedado dormida toda la mañana. Se dio un baño rápido y se puso su uniforme, no podía faltar a clases así que tomó su almuerzo y su maleta para dirijiste al Instituto. Es la primera vez que llego tarde, seguro no pasará nada, repetía esas palabras una y otra vez para intentar tranquilizarse. Llegó al Instituto con tiempo suficiente para comer y luego ir a su casillero a dejar cosas que no nesitaba, su siguiente clase era en la Sala De Música, no necesitaría más que un lápiz y un cuaderno. Mientras guardaba sus cosas algo cayó de su casillero, se fijó en el por unos segundos y luego lo levanto de el suelo. Era una especie de carta, tenía un sello muy particular, un arco y una flecha cruzados, y el color de éste era rojo, un rojo... Sangre. Aquella palabra solo salió como agua por la grieta de un vaso, y no sólo eso, también hizo que recordara el sueño que había tenido la noche anterior. Reaccionó unos segundos después, dejó la carta en su casillero y lo cerró, tal vez por miedo o por afán de no llegar tarde a su clase decidió dejar la carta allí. Así transcurrió su día, aparentemente normal, de no ser por que en cada una de sus clases había encontrado una carta parecida, con su nombre en ella, y la sensación de ser observada todo el tiempo. Al llegar a su casa no dudó más y se decidió a leer la misteriosa carta, o cartas, aunque tenía la lejana certeza de que todas las cartas decían lo mismo. Hola, Zafiro. Probablemente te estés preguntando el motivo de èsta carta, de donde proviene, y para que es, sin embargo eso no es algo que puedas saber ahora Mañana sábado en el restaurante de comida marina que sueles frecuentar allí te veré. Cabe destacar que no debes informar a nadie de nuestro encuentro no olvides que te observo todo el tiempo, pequeña Z. Estaba confundida y tenía muchas preguntas, ¿como sabré con quien debo encontrarme? ¿Desde hace cuanto me vigila? ¿Que es lo que quiere? ¿Porque rayos había usado el sobrenombre "pequeña z"? , las preguntas no hacían más que aparecer. Sin embargo, eso era lo de menos, es última frase le había causado un escalofrío en los dedos de los pies y las manos que se desembocaba en su vientre, había escuchado esas palabras antes, ese sobrenombre le retumbaba en la cabeza, había salido de la boca de alguien, alguien cercano, pero el cansancio no la dejaría pensar mucho. Tras una media hora de pensar acerca de la carta --mas específicamente la última frase-- se quedó dormida, despertó a las 8 de la mañana, desayunó, se alistó y salió a caminar, llevó su libro favorito y se sentó a leer un rato , un largo rato. Para cuando volvió a casa ya eran las 2:10 de la tarde, se dio otro baño Para quitarse el sudor, tras la caminata de vuelta a casa y el sol abrasador de el sábado en la mañana lo necesitaría, y se puso ropa más suelta. Estaba algo ansiosa por obtener respuestas, no había parado de pensar en esas palabras, aun se le revolvia el estómago cuando las repasaba mentalmente, así que decidió llegar un poco más temprano al restaurante. Faltaban 5 para las 3:00, entró con algo de desconfianza, no sabía a que o a quien se enfrentaba, pero necesitaba respuestas, ¿de verdad debería confiar en un completo extraño para que le diese respuestas? Ya que, no podía retractarse. Miró a su alrededor para percatarse de que una de las mesas tenía el mismo símbolo que el sello de la carta, eso solo le trajo más interrogaciones. Sin más que la detuviese, se sentó con timidez y nervios, a esperar a como muchos dicen, "la persona indicada".
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Lo Que Se Oculta Detras
Mystery / ThrillerZafiro, una chica normal con un pasado oscuro se enfrenta a su interior, el cual, está lleno de misterios escalofriantes. Zafiro se ve obligada a viajar para buscar respuestas y lo que podría ser lo que queda de su familia.