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Yo sabía exactamente lo que me ocurría, me ocurría, que no podía más con mí soledad.
Fue un reflejo, un instinto, agarré mi bicicleta y sin parar a su puerta llegué. Parecía cómo si no era yo quien movía mi esqueleto hasta su dirección, sólo quería llegar, rápido.
Tan es así que cuándo toque su timbre y ella preguntó:
- ¿ Que haces aquí ?
Yo quedé inmediatamente congelado..
- Ahora te abro..
Me dijo, y fue ahí cuándo todos mis problemas desaparecieron.
Yo no sabía que le pasaba a ella conmigo, sólo sabía qué tuve la suerte de encontrarla despierta y sin ganas de dormir sóla.
Comenzamos a beber té y a conversar tímidamente algunas cuestiones de nuestras vidas.
Subiamos por las escaleras, a su cuarto, y sonreí por qué sin mirarme y con un tono bajo, me preguntó si quería quedarme a dormir.
Comenzó a desnudarme, pero de cuerpo y ALMA..
Me acosté en su pecho, y sus latidos, me regaló.
-¿Qué es lo que te pasa?
Me preguntó.
Cuándo cómo un niño comencé a llorar, y a contarle lo que hasta ese momento sólo yo sabía.
Bastaron unos pocos minutos para que tome ella las riendas de la situación..
Mi llanto paró, ella tenía razón en cada palabra que salía de su boca, yo hipnotizado, no hacía más que afirmar con mi cabeza sus sabía labia. Por qué un nudo ataba fuertemente mi garganta.
Todos los que lean ésta breve historia, se imaginarian de que manera terminó la secuencia dramática.
Pero no fue sólo sexo lo que hicimos, esa noche, por primera vez hicimos el amor.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2019 ⏰

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