Entre Suspiros De Un Alma

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Era un sábado de noche, esas noches bien frías. Yo estaba caminando bien abrigado yendo para mi casa porque recién había salido de entrenar. Mientras caminaba a lo lejos logré ver a una persona sentada en banco que parecía estar llorando. La iba a evitar, ya que me asustaba, pero no pude con mi empatía y fui a ver lo que le pasaba.

Cuando estaba cerca me di cuenta de que era una chica y que sí, estaba desconsolada llorando. Cuando le hablé, ella levantó la cabeza y pude reconocerla. Era una chica que iba a mi escuela, era linda, buena persona, siempre estaba atenta a las necesidades de los demás. Siempre ayudaba en las colectas ya sea de ropa o de plata, era buena con los nenes, tenía como un don con ellos ya que lograba calmarlos, entrenerlos y hacerlos reír.

Así que entable una conversación con ella:

-¿Hola por qué estás sola y llorando acá en esta noche tan fría?

-Mmm, hola solamente quería un tiempo a solas para desahogarme. No te preocupes, seguí con lo tuyo.

-No puedo, me mataría enterarme que te pasó algo a vos estando sola. Así que te quiero hacer compañía.

-No pasa nada, anda tranquila yo ya estaba yéndome a mi casa.

-Bueno, entonces te puedo acompañar ya que no es hora para que andes sola por la calle.

-NO NECESITO QUE ME ACOMPAÑES O QUE ME CUIDES, POR FAVOR ANDATE.

Cuando me estaba por ir vi que ella escondía algo en su bolsillo, en un principio pensé que era una pertenencia íntima así que no le di importancia. Al dar unos pasos me di cuenta que tenía un arma en su bolsillo. Me sorprendió eso y entonces le pregunté.

-¿Por qué tenes un arma en tu bolsillo?

-Por si me llegaba atacar alguien, siempre ando con una pistola si ando sola en la noche.

-No te creo, por la situación no puedo creértelo. Decime la verdad tal vez puedo ayudarte.

-No me pasa nada andate por favor.

-¿Segura? No te noto muy segura de eso, me podrías decir ¿por qué estabas llorando?

-Está bien, pero no tengo mucho tiempo. Te lo explicaré rápido.

-¿Por qué no tienes mucho tiempo?

-No importa eso ahora, ¿no querías saber por qué estoy sola y con un arma?

-Sí sí, contame por favor.

-Bueno, la razón es que nadie me quiere, sufro maltrato de todos ya sea mi familia o compañeros de escuela.

-No le des importancia, tratá de evitarlos y alejarte de ellos.

-¿Cómo me voy a poder alejar de mi familia, si no tengo plata para comer o para alquilar un departamento para vivir?

-Buen punto, mmm ya sé, podés venir a vivir conmigo.

-No puedo.

-Sí, podés.

-No puedo, mi familia me buscaría y sería peor la tortura que tendría que pasar. No sabés lo que he vivido.

-La verdad que no, pensé que eras feliz, siempre te veo con una sonrisa en la cara.

-Todo el mundo piensa que mi vida es hermosa, pero no lo es.

-Escuchá atentamente lo que te voy a decir.

-Sí sí, por supuesto.

-Hay veces que este mundo es gris y malvado, yo no entiendo el por qué me tienen que hacer sufrir tanto si yo no le hecho nada a nadie. De hecho siempre ayudo a los demás porque me hace sentir bien. No sabés la satisfacción que me da sacárle una sonrisa a alguien, eso aclara algo mis días oscuros. Yo no entiendo la razón de las personas para hacer sentir a los demás insignificantes, hacerles pensar que no valen la pena. Insultarla incansablemente, diciéndoles y riéndoses de sus defectos físicos, forma de hablar o de vestirse.

-Perdón que te interrumpa, pero la verdad es que las personas son así porque tienen envidia de uno. En la vida siempre te vas encontrar malas personas y buenas. Si no encontrás buenas personas, selo vos. Tratá de enseñarles, con actitudes, que vos sos mejor que ellas y que tienen que copiar tus formas de actuar.

-Yo pensaba eso hasta que me di cuenta que el mundo estaba corrompido, muchas personas a lo largo de mi vida me han dicho eso. Yo les trate de hacer caso pero no tuvo ningún fruto. Me han tratado muy mal, me han pegado, escupido y abusado. ¿Cómo pensás seguir adelante si la persona más importante para vos te hizo tanto daño? Poco a poco mi luz se fue apagando por esos motivos y otros que no te mencione. Por eso no tengo otra manera de escapar.

-¿Quién es? ¿Sera un amigo? ¿Tío? ¿Primo?

-Su nombre me cuesta pronunciarlo después de eso... su nombre es Ricardo... es mi papá.

-La verdad no sé qué decirte, pero lo que sí sé es que no tenés que hacer nada, de lo que te vayas arrepentir toda la vida. Podrías causar mucho dolor si llegás a matar a tu papa aunque se lo merezca.

-JA JA JA JA (se ríe desesperada y con sarcasmo), pensás qué es para matar a mi papá. Estás equivocado, es para mí.

-No hagas eso, es mucho peor que asesinar a tu papá. Causarías un dolor enorme en las personas que te quieren.

-No lo creo, nadie me quiere.

La chica sacó la pistola y se apuntó a la cabeza, rápidamente intenté sacarle el arma y lo logré. Pensando que la había salvado ella me dice esto.

Entre heridas sentimentales
Y un paño de lágrimas al cual no suelto jamás
Me encuentra rodeada por aquella soledad
La que con sonrisa calmada
Sabe que regreso una vez más.

Son tan escasas las mentiras
Tan olvidable los momentos vividos
Que me derrumba una vez más
En un corazón desdichado
Y una que otra vanidad.

Las mismas heridas en mi piel
Las mismas desdichas que pase
El dolor más frecuente
Y la huida más sencilla
El sentir la sangre derramarse en mis muñecas
Es más que llamar tu atención,
Es sentirme que aún vivo,
El éxtasis del sufrimiento,
Ese que me divierte jugar con la muerte,
Tan sencilla como la vida misma
Que me ruega un minuto más a su lado...
Un poco más a la vena.

Más allá del amor,
Ese que rompió mi corazón
Ese que destrozó mi ilusión
Y acabó con mi esperanza e ilusa devoción,
Esto ya es solo cuestión mía,
Entre la muerte y yo.

Paralizado por lo que me dijo me quedé mirándola sin poder decir una sola palabra. Ella desangrándose frente a mis ojos. Me sentí tan inútil por no darme cuenta antes de que ella tenía cortadas las muñecas.

Despidiéndose de mí me dijo:

Tantas cosas que vienen a mi cabeza
tantas patéticas alegrías
tantas patéticas ilusiones
que se funden con mi melancolía.

En este ser me he convertido...
tan sola, tan confundida.

Escucho la triste melodía,
y un par de lágrimas caen sobre mis manos,
aquellas donde mantuve
una fotografía mía siendo infeliz apresada entre mis dedos,
como si pudiera evadir mis recuerdos.

Sentir como la sangre recorre mi muñeca
es sentir tus dedos rozar mi mano
solo un poco de morfina nada más
para llegar al clímax total,
sentir tu aliento una vez más.

Ya no quiero regresar a mi realidad,
ya no quiero sentir esta soledad.
Ya no quiero sentir dolor en mi corazón.
Déjame en paz, y llévame a la tumba ya

Entre Suspiros De Un AlmaWhere stories live. Discover now