Salgo al pequeño balcón de mi habitación, hoy he vuelto a soñar con él, no debería, ya han pasado tres meses desde que desapareció sin decir ni dar la más mínima explicación y yo sigo pensando en él cada día que pasa, he intentado olvidarle cientos de veces, pero no soy capaz de olvidar su ronca voz mañanera, sus tan características sonrisas, su mirada posándose sobre la mía, su aroma, su... Debo dejar de hacer eso, él no va a volver y en el caso más remoto de que lo hiciera probablemente mi cabeza le rechazaría de la manera más cruel posible intentando hacerle sentir culpable por lo que me hizo, pero mi corazón lucharía contra eso queriendo darle otra oportunidad, queriendo dejarle explicarse, pero acabaría ganando mi cabeza y todo volvería al punto de inicio.
Intento airear mis pensamientos mientras me enciendo un cigarro, desde que él no está recaí en esta mierda, pero ahora me hace sentir bien, nunca llenará el vacío que el dejó en mí ni mucho menos, pero me sirve para dejar mi mente en blanco por unos minutos y olvidarme de él y de todo.
"Esto es una mierda" me quejo con todas mis fuerzas, me da igual quien me haya escuchado, me da igual si la calle está llena de gente como si no lo está y ahora todos me están mirando, estoy cansada de sentirme sola y todo por su culpa.
"Quizás yo pueda cambiar esa percepción que tienes de la vida" alguien responde a mi comentario desde la calle, esa voz, nunca la podría olvidar, es él, seguro que sí, mi mirada le busca desesperadamente queriendo cruzarse con sus ojos miel, pero cuando doy con él mi cabeza gana a mi corazón y mis dudas vuelven.
"Quizás si no te hubieras ido ahora no estaría así, ¿no crees?" le contesto antes de apagar mi cigarrillo a medias en el cenicero que reposa sobre el borde del balcón y hacer amago de desaparecer entre las cortinas de la puerta acristalada que da al pequeño balcón, no quiero verle, no quiero escucharle, no quiero saber dónde ha estado, no quiero saber nada de él.
"Por favor, espera" suplica.
"Es demasiado tarde Zayn, han pasado ya tres meses y no te has molestado en marcar mi número ni una sola vez, no te has molestado en coger mis llamadas, en escribirme un simple mensaje preguntando cómo estaba. No mereces que siga esperando por ti" giro sobre mis talones para irme.
"¿Y si te digo que te quiero?" contesta.
"¿Y si te digo que te odio?" contesto con otra pregunta yo esta vez.
"¿Y si te digo que no lo haces y que realmente me amas?" interviene él ahora.
"¿Y si te digo que es verdad pero me hiciste demasiado daño con tu marcha como para poder perdonarte tan fácilmente?" las lágrimas empiezan a asomar por mis ojos pero él no puede verlo.
"¿Y si te digo que he vuelto para quedarme?" dice con fuerza.
Trago saliva, mi corazón quiere creerle y bajar corriendo a abrirle la puerta, pero mi cabeza no quiere creerle, de hecho no debería hacerlo puesto que será uno de sus juegos, luego se marchará y yo volveré a salir perjudicada de todo esto.
"¿Y si te digo que no te creo?" espeto al fin.
"Baja y compruébalo por ti misma si crees que miento" eleva una de sus cejas divertido.
"No caeré en tus juegos Zayn Javadd Malik, no volveré a hacerlo" me niego.
"Baja por favor, dame una oportunidad, déjame demostrarte que te quiero, déjame explicarte qué fue lo que pasó, déjame volverte a amar como lo hice todo aquel tiempo, déjame por favor" suplica.
Resoplo pesadamente, no sé qué hacer, ¿a quién se supone que debo hacer caso? ¿A mi corazón que quiere bajar y abrazarle para sentirle de nuevo junto a mí, para que su olor se cuele por mis fosas nasales de nuevo, para que su barba de dos días me haga cosquillas? ¿O a mi cabeza que me dice a gritos que seré la persona más idiota del mundo si le hago el más mínimo caso?
"Está bien, bajaré, pero no intentes nada" concluyo, he dicho lo primero que se me ha pasado por la cabeza, estoy segura que me arrepentiré de esto.
Entro de nuevo a mi habitación, nuestra antigua habitación recuerdo que todavía está su ropa en aquella maleta donde guardé todas sus cosas el día que se marchó, es el momento de devolvérselas puesto que nunca volverá a esta casa, esto me servirá de excusa para bajar a verle, supongo. Lo sé, lo sé, me estoy engañando a mí misma, pero en estas ocasiones supongo que es mejor así.
Tiro de la maleta y bajo con ella hasta la puerta de la calle, la abro despacio, tengo miedo de la que pueda ser mí reacción o incluso peor, de cuál será la suya. Ahí está, parado frente a mí, con una sonrisa de oreja a oreja en la cara y yo, yo no puedo moverme de mi sitio, no soy capaz de hacerlo, llevaba esperado este momento tres meses, tres meses llevaba esperándole a escondidas, siempre le había estado esperando y ahora que por fin le tenía delante me paralizaba completamente.
"Yo... Esto... Esto es tuyo" digo alargándole la maleta con todas sus cosas haciendo que su sonrisa se esfume de su perfecto rostro.
"Pero... Yo..." duda, ambos lo hacemos, esto es demasiado raro, pero no puedo tirarme a sus brazos sin más porque ahora le haya apetecido volver.
"Princesa, yo te quiero, deja que te lo explique, volvamos a ser lo que éramos, por favor" su mirada se clava en la mía, tanto que acabo apartándolesela o acabaré llorando, sus labios volviendo a pronunciar la palabra princesa para mí han hecho que mi corazón se rompa en mil pedazos.
"Yo... No puedo. Será mejor que te vayas" concluyo retrocediendo para cerrar la puerta.
"No por favor, no nos hagas esto" su voz se quiebra y con ella lo hago yo.
"No me lo hagas más difícil Zayn, te amo pero destrozaste mi vida con tu marcha y yo... Yo ya no puedo confiar en ti" sentencio antes de que el primer par de lágrimas empiece a correr por mis mejillas, intento impedir que las vea, junto la puerta pero su pie se interpone en mi camino.
"¿Es que acaso no lo ves?" le miro a los ojos, están completamente húmedos "Estás cometiendo un error, no quieres hacerlo y no tienes por qué hacerlo. Por favor, intentémoslo de nuevo" dice casi suplicando.
"No Zayn, márchate ya por favor, hazlo, lo superarás, yo lo haré también, quizás necesite más tiempo, pero lo haré" concluyo antes de cerrar la puerta en un momento de fragilidad por su parte.
Deslizo mi cuerpo por la longitud de la puerta hasta caer sentada en el suelo llevando mis manos hasta mis ojos para cubrirlos y recoger así todas las lágrimas que están saliendo ahora mismo de estos. Pensaréis que soy una estúpida por haber actuado así, os puedo asegurar que yo también me siento como tal, realmente lo soy, soy la mayor estúpida de este mundo. Quizás deba darle otra oportunidad o quizás no, pero si no se la doy nunca sabré si lo nuestro funcionaría o no lo haría, hasta que él me abandonó todo perfecto, tal y como debía ser, y ahora podría haberlo sido de nuevo si yo no le hubiera cerrado la puerta en las narices sin ni siquiera darle la oportunidad de explicarse. Quizás ya es tarde y no vuelva a verle nunca más, pero ahora es el momento de armarme de valor y salir ahí a buscarle y perdonarle todo y darnos otra oportunidad, porque no soy capaz de creerme mis propias palabras al respecto de superar esto, no lo haré, no lo he hecho en tres meses, no lo haré pasados diez, trece o quince años.
Retiro las lágrimas de mi cara, me incorporo, abro la puerta y le visualizo a escasos pasos de nuestra casa, salgo corriendo, es ahora o nunca y va a ser ahora. Se asusta al escuchar mis pasos rápidos detrás de él, su cara es de asombro pero a la vez de felicidad, sonríe de esa manera que tanto me gusta y que me enamoró desde el primer día, choco contra su cuerpo y me agarro con fuerza, no voy a soltarle, no lo voy a hacer, ni ahora ni nunca más. Su olor se cuela por mi pequeña nariz, sus brazos me acunan con fuerza evitando que pueda cambiar de opinión y me aleje de él de nuevo al igual que hago yo, me obliga a mirarle a los ojos, los suyos están tan húmedos como los míos, se hace el duro siempre pero en realidad es más sensible de lo que cualquiera pueda pensar.
"Te amo" dice en un leve susurro.
"No me abandones nunca más por favor" digo entre sollozos.
"No lo haré princesa, no lo haré, te lo prometo" junta su frente con la mía y nos quedamos en esa misma postura por un largo rato haciéndonos cosquillas con la nariz hasta que nos besamos, mi mejor beso hasta el momento sin duda ha sido ese, el beso más esperado con el hombre de mi vida.