Yūki.

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Anime: Osomatsu-San.
Pareja principal y única: OsoChoro (Osomatsu y Choromatsu).

Si se logra apreciar algún fallo ortográfico por favor hacerlo saber. No me molesta en lo más mínimo y me agrada estar en constante aprendizaje/avance
¡También agradecería que apoyen esto para animarme a continuar publicando otras historias!, Lo agradezco de antemano.


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Sala de estar (Casa Matsuno).
Punto de vista: Choromatsu.


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Lo miró y al hacerlo notó que algo andaba mal. Su hermano no lo estaba molestando ni parloteando como siempre solía hacerlo, además sus expresiones lo delataban.
Supo que Osomatsu estaba triste. ¿Por qué debía estar así?, ¿Era por su culpa?, dejarlo pasar no era correcto.

Siempre que el mayor se encontraba triste lo terminaba ocultando sólo para no preocupar a nadie. Tarde o temprano dejaría de sentirse mal, ignoraría eso, aparecería con una sonrisa y molestaría. No quería que eso pase. ¿Por qué jamás podía hacer algo por su hermano así como él lo hacía por su persona?, era injusto.
Por ende decidió moverse hacia el mayor con gran sutileza, para al estar en frente rodear el cuello del adverso con sus brazos, terminando por dejar caer encima de este el peso de su cuerpo.

Claramente el contrario se mostraba dudoso y curioso ante sus acciones, no obstante la importancia que le pondría a ello sería nula.

Quería terminar recostado en el suelo sobre Osomatsu (Lo quería, mas no pediría). Lo único que hacía era esperar a que el mayor también quisiera hacerlo y lo llevase a cabo. O que, al contrario, opte por alguna otra posición para descansar y estar cómodo.

Finalmente cuando el mayor se logró poner a gusto, comenzó a llenarlo de besos.
Su rostro.
Al principio eran besos pequeños, simples, ligeros, cortos. Pero conforme pasaba el tiempo se volvían más duraderos, más dulces, más apasionados; Con más amor.

Al parecer al mayor de los Matsuno no le disgustaba; Se dejaba ser. Le daba cierto nerviosismo, pero por suerte la concentración y ganas de seguir eran más, terminando por ganar.

El sonido que producía cada beso depositado era como una incitación a sí mismo para continuar. La concentración puesta también.
Sentir la suave piel producía gusto en él; Placer al tocar con sus labios; Era como otra tentación para proseguir.

Empezó besando sus mejillas, estaban algo frías y eso le gustaba; Luego se deslizó hacia la frente, para llenarla de besos. Esta estaba un poco más caliente pero no fue impedimento para continuar; Luego a la nariz. Esto era poco visto y común, eso pensaba, sin embargo realmente se sentía bien y disfrutaba.
Besar la punta de la nariz y el puente de la misma da una linda sensación. Le hacía recordar cuando acariciaba a algún que otro perro justo en esa zona. Como punto curioso y anclado a tal pensamiento recordó un dato aprendido recientemente: Los perros cuando se les acaricia allí, en el puente, pasando en medio de ambos ojos (Sin tocar estos obviamente), lo toman como '' Eres mi amo ''. Se le hizo gracioso. ¿Pasaría lo mismo con Osomatsu?, Hah... Era divertido y dulce pensarlo; Por último se movió hasta las comisuras de los labios ajenos y dejó largos y profundos besos. Era quizá el sitio más provocador y caliente que pueda atender del rostro adverso, como si estuviese incitando a la boca a atacar por completo.

« T e n t a c i ó n. »

Dejado unos cuantos besos finalmente se apartó. Había entrado en calor, se sentía raro pero bien.
Tenía la respiración un poco acelerada, los ojos le brillaban.

Respiró hondo y exhaló.

— Me encantas, Osomatsu. —Declaró. Directo, sincero y sin temor en un suave susurro reveló la verdad.
Como nunca antes, se había atrevido.

Era todo muy raro. Hacer esto para él era raro en sí. Normalmente lo hacía el de prendas rojas pero ahora... No lo sabía. Reitera: '' Era raro '', pero no por eso menos bueno; Se sentía bien después de todo.

— ¡Woah. . .!, Choro-chan... ~

— . . . Uhm...

Pudo ver como el de prendas rojas cuando por fin fue liberado demostró asombro en su rostro.
Claro que iba a reaccionar así, lo esperaba desde un comienzo, después de todo jamás recibe esos gestos de su parte aunque ya lleven tiempo cumpliendo un papel de pareja. Sin embargo, ¿Qué más daba?, Lo hizo con buenas intenciones y no se va a arrepentir por ello. O bueno, tal vez sí. Uno nunca sabe cuándo el mayor de los Sextillizos saldría con sus estupideces y comenzaría a molestar, después de todo.

Y... ¿Saben qué?, al parecer había logrado su objetivo:
El humor de Osomatsu mejoró.

. . . 
Osomatsu...
Osomatsu...
. . . 
Ahora...
¿Iría a por más?.

Yūki  ( 勇気 ).Where stories live. Discover now