FLASHBACK
-¡estoy harta de que me ignores frente al trío de putas que tienes como amigas! - dije exasperada.
-¡son mis amigas y no es mi problema que sólo me tengas a mi y a Ian, ¿te revolcaste con él porque no pudiste hacerlo conmigo? - dijo con evidente ironía.
quedé en shock, sí, me había acostado con Ian y sí, lo hice por despecho, no sabía a quién más recurrir en esos momento en donde Gaby me humillaba delante de su trío de decerebradas y su marioneta, Carter, y luego llegaba a mi casa lanzandose a mis brazos y diciéndome qué me necesitaba, obviamente yo sabía que ella solamente me quería para jugar y qué nunca me había necesitado, sin embargo siempre terminaba creyendole y aferrandola a mi como sí nada hubiera pasado.
- la verdad duele ¿no?, y a ti al parecer te afecta al punto de aceptarlo con tu silencio. - dijo a unos centímetro de mi cara sintiendo su respiración entrecortada por su furia.
la miré a los ojos, esos ojos grises qué desnudaban mi alma y pensamiento para buscar lo que nadie se atrevía a descubrir en mi, algo puro y verdaderamente bello, pero ahora sus ojos estaban oscurecidos y fulminantes mirándome fijamente y clavandose en mi ser para destruirme, dolor me recorrió como una punsada y bajé la mirada en un intento por liberarme de él.
- no sé por qué hablo contigo, ni siquiera me prestas atención, eres una niñita estúpida e inmadura qué cree qué con revolcarse con cualquiera a su paso, el mundo se va a interesar más en ella, aceptalo Ann, a nadie le interesas , ni a tus padres, ni a mi, no vales medio centavo - soltó con desprecio y dio media vuelta para marcharse.
los ojos se me cristalizaron y tomé valor para hablar.
- no actué de esa manera para qué el mundo me viera, lo hice para tú me vieras y no sólo como una amiga.
se detuvo y dio la vuelta para mirarme de nuevo, su expresión no había cambiado.
- yo... te amo Gaby - dije con la voz en un hilo.
- nunca te tomé enserio Ann, siempre fuiste un juego, algo raro con lo qué quería experimentar, por favor ya deja de ser tan ilusa, y piensa por primera vez en tu vida, ¿realmente no te dabas cuenta de qué ya no me servías?, todo lo qué hice fue para mandarte al carajo y tú seguías como una perra faldera detrás de mi.
lágrimas empezaron a correr por mis mejillas y se marchó tirando la puerta a sus espaldas.