Es nuestra más fiel amiga, aquella que nos acompaña desde el primer momento. Es un poco rara, pero si aprendes a aceptarla ya no te molestará.
La Muerte; la que luego de una ardua vida nos da la mano y nos lleva al descanso eterno; a veces antes, a veces después, pero podemos confiar en que nunca nos faltará.
Algunos le tienen miedo, otro la ansían. A algunos los sorprende y otros la ven venir. Cuándo se lleva a alguien allegado nos duele, nuestro instinto egoísta quiere despertarlo para que vuelva a nuestro lado; pero nunca es bueno interrumpir a alguien que está en una profunda siesta, se despiertan malhumorados e impredecibles e, inevitablemente, pronto volverán a dormir.
Algunos intentan ser sus dueños, otros intentan someterla, pero aún nunca nadie lo ha logrado. Al fin y al cabo, es imposible ganarle a un dios.