Estaba tumbado en mi cama como si de un día normal se tratara pero me di cuenta de que algo raro pasaba al recibir un mensaje de mi amigo Evan. El simple hecho de que me mandara un mensaje ya me resultaba extraño pero a pesar de esto me dispuse a ver lo que me había mandado. Resultó ser un mensaje de audio y cuando lo escuché, ay de mí, no me lo podía creer. Al principio pensé que se trataba de alguna especie de broma pero él destacaba que lo que decía era verdad y es que, él amaba a Manuel, nuestro profesor de Tecnología. Yo estaba impactado y mayor fue mi impacto cuando mencionó que quería practicar el Kamasutra con él. Básicamente me estuvo explicando una fantasía suya con él y lo citó con estas palabras. Yo quiero quitarle la camiseta y besarle mientras le agarro de los pelos del pecho, luego de esto me gustaría meter la mano dentro de su pantalón sintiendo su caliente y eréctil pene y por último, añoraría con toda mi alma que ese apuesto hombre me ponga en cuatro y se corra dentro de mi dilatado y sensible ano. Me quedé atónito ante semejantes palabras, tuve una sensación de asco y de rareza a la vez, no era capaz de comprender como este chaval podía sentir "amor" por ese señor. Pero a pesar de esta mezcla de sentimientos tenía que decirle algo y no sabía el qué, así que opté por algo simple y le pregunté que pensaba hacer ya que era un tema delicado y complejo. No me respondió y supongo que se quedó pensativo.
Esto que estás leyendo fue lo que sucedió ayer pero hoy, ay por dios, hoy es por la mañana y dentro de diez minutos cogeré el autobús y me dirigiré al instituto, y pues, no hay nada malo en esto, lo malo es que hoy, a primera hora, tengo clase con el amor platónico de Evan, exacto, Manuel. No sé que va a pasar pero tengo la necesidad de aclarar las cosas con Evan, esto es muy raro.
Ya estoy por fin en el autobús y me mantengo pensativo. Todavía no soy capaz de asimilar todo lo que había pasado, oh perdonad mis modales, mi nombre es Hugo, es que con todo lo que ha pasado...
Tan solo pasó un rato y ya me tenía que bajar del autobús y la verdad es que tenía bastante miedo pero a pesar de eso me dispuse a bajar del autobús y oh dios mío, cada paso que daba se me hacía eterno con solo pensar lo que me esperaba al llegar a mi destino. Me notaba ausente y en un último suspiro me di cuenta de que había llegado y enseguida me percaté de que estaba en un punto de no retorno.
Empecé a entrar en el instituto y me dirige al taller rezando por que no estuviera Evan y así fue, él no estuvo ni siquiera cuando llegó el profesor y al fin me sentí aliviado pero para mi sorpresa alguien llamó a la puerta, la abrió y escuché una voz que decía Hola,¿Se puede?. La voz me resultó familiar, de hecho, era Evan. Todos los pensamientos se me empezaron a pasar por la mente y fueron tan rápidos e intensos que cuando me quise dar cuenta me quedé en blanco, como si mi cerebro se hubiera sobre calentado. Pasaron unos segundos y volví en mí, miré todo el aula y no había rastro ni de Evan ni de Manuel, me dio por observar la puerta y esta se abrió. Primero entró Manuel enfadado pero a la vez impactado y detrás de él Evan con un rostro pálido y triste. A mitad de la clase pude notar como una lágrima recorría su cara y yo de mientras, confuso, pensaba que era lo que había pasado allí fuera para que Evan estuviera en ese estado. Al fin sonó el timbre y salimos del aula. La verdad es que podría seguir contando la historia pero prefiero que lo veáis desde otro punto de vista, así que me despido.
Hola, permitid que me presente mi nombre es...

ESTÁS LEYENDO
El libro de Pandora
AléatoireSolo un día pero distintos puntos de vista. Nada parece normal pero realmente nadie sabe que pasa.