The Tower [KatsuDeku]

Capítulo Unico

El universo de Harry Potter y todo lo relacionado a ello pertenece a J.K Rowling

El universo de Boku no Hero Academy y todo lo relacionado a ello pertenece a Kouhei Horikoshi

No se intenta infringir el Copyright.

En multimedia la Marca Tenebrosa.

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Izuku y Yagi se elevaron  por el aire. Yendo a toda velocidad hacia las torres del castillo, Izuku miró a Yagi, listo para atraparlo por si se caía, pero la Marca Tenebrosa pareció haber actuado sobre el mayor como un estimulante: se mantenía firme sobre su escoba, con sus ojos celestes fijos sobre la señal, con su cabello descuidado volando detrás de él, en el aire de la noche, Izuku también miró hacía delante el cráneo y el miedo aumentó en él como una burbuja venenosa, comprimiendo sus pulmones y expulsando toda incomodidad en su mente.

¿Cuanto tiempo habían estado fuera? ¿Habrían tenido Iida y Uraraka la suerte de escapar hasta ahora? ¿Fue uno de ellos por quien habían puesto la marca sobre la escuela, o habría sido Kouta o Eri, o algún miembro del E.Y? Y si había sido eso... él era el único responsable, él era quien les había dicho que patrullaran por los pasillos, él les había pedido que dejaran la seguridad de sus camas... ¿Seria responsable nuevamente de la muerte de un amigo?

Volaron sobre la oscuridad, pasando por la misma vereda por la que habían caminado antes, e Izuku escuchó a través del silbido del aire a Toshinori murmurando en alguna extraña lengua otra vez.

Al sentír el estremecimiento de su escoba en el momento que volaron sobre la muralla exterior de los terrenos fue que cayó en cuenta de que Toshinori deshacía los conjuros que él mismo había puesto sobre el castillo, de manera que pudieran entrar a toda velocidad.

La Marca Tenebrosa brillaba directamente sobre la Torre de Astronomía, la más alta del castillo. ¿Esto significaba que la muerte había ocurrido allí? Yagi ya había cruzado las murallas y desmontaba su escoba; Midoriya aterrizó a su lado segundos más tarde y miró alrededor. Las murallas estaban desiertas. La puerta de la escalera de caracol que conducía a la parte de atrás del castillo estaba cerrada. No había ninguna señal de combate, de pelea con la muerte o ningún cuerpo.

—¿Qué significa esto? –Izuku preguntó a Toshinori, alzando la vista al cráneo verde con la lengua de serpiente que brillaba malvadamente encima de ellos– ¿Es esto la verdadera marca? ¿Definitivamente alguien ha sido… Profesor?

En el débil brillo verde de la marca Izuku vio que el mayor agarraba su pecho con su mano ennegrecida.
—Ve y despierta a Aizawa –dijo apenas, pero claramente– Dile lo que ha sucedido y tráemelo. No hagas nada más, no hables con nadie y no te quites la capa de invisibilidad. Te esperaré aquí.

—Pero… –iba a replicar, dejarlo ahi en tan débil condicion no era buena idea.

—¡Juraste obedecerme, Izuku, vete!
–alegó el mago mayor.

El peliverde se apresuró hacia la puerta que conducía a la escalera de caracol, pero justo cuando su mano acababa de tomar el picaporte escuchó del otro lado unos pasos que venían corriendo. Miró alrededor hacia el profesor, quien le hacia gestos para que se retirara. El chico se hizo hacia atrás, sacando su varita mientras lo hacía.

Súbitamente la puerta se abrió y alguien gritó:
—¡Expelliarmus!

El cuerpo de Izuku se puso rígido e inmóvil, y sintió que se pegaba contra la pared de la torre, casi como una estatua inestable incapaz de moverse o de hablar.
No podía entender que había pasado, Expelliarmus no era un hechizo congelante. Pero entonces, a través de la luz de la Señal, vio que la varita de Yagi volaba en arco hacia el borde de la muralla y entendió... Toshinori había inmovilizado a Izuku sin palabras y el segundo que había tomado para realizar el hechizo le había costado la oportunidad de defenderse a si mismo.