-Lamento comunicarles que los exámenes han salido negativos, nuevamente. El tratamiento no está funcionando. Esta misma mañana he recibido los exámenes que les hice a ambos y los exámenes de usted, Isabella... bueno, indican que es estéril -nos comunicó el médico mirándonos con un deje de tristeza.
Estéril.
Esa única palabra sirvió para desmoronarme completamente. Nunca podría ser madre. Nunca podría darle hijos a Edward. Nunca veríamos nuestro sueño de ser padres realizados.
Y por mi culpa.
Salimos de la consulta sin decir ni pio, ambos completamente mudos sin saber qué decir.
Cuando llegamos a casa las cosas no cambiaron mucho, ambos nos encerramos en habitaciones diferentes.
Edward y yo llevábamos intentando ser padres desde hacía dos años y nada.
Conocí a Edward en el instituto, cuando me mudé a vivir con mi padre. Casi de inmediato me hice amiga de su hermana Alice y poco después empecé a salir con Edward.
Fuimos incluso a la misma universidad. Nuestro sueño era terminar la carrera, comprarnos una casita donde empezar nuestra vida juntos y tener hijos. La parte de terminar la carrera y la casa estaban cumplidos, en cambio, lo que ambos más anhelábamos, ser padres, no habíamos podido cumplirlo.
Y ahora sabíamos por qué. Por mi culpa. Por ser estéril.
No encontraba palabras para definir cómo me sentía.
Yo, Isabella Swan, casada con Edward Cullen desde los veintitrés, con trabajo estable desde hacía dos años y, sin embargo, aunque pudiera parecer tener la vida perfecta, lo que más anhelaba jamás me sería concedido.
Esa noche y las siguientes lloré desconsoladamente. Las semanas pasaron y noté como entre Edward y yo crecía una barrera invisible. Cada vez nos distanciábamos más.
Hasta que una noche pasó lo que me había estado temiendo.
-Bella, te quiero, pero quiero ser padre. No soporto la idea de no tener descendencia, sabes que es lo que más anhelo... no puedo seguir con esto, así no soy feliz, quiero el divorcio.
Con esas palabras una relación tan fuerte como la nuestra terminó.
Podría haberle sugerido que adoptáramos, podría haber intentado salvar mi matrimonio, sin embargo no hice nada, acepté el divorcio.
No podía obligarle a que estuviera conmigo cuando el problema era mío. Yo era la responsable de que nuestro matrimonio se estuviera yendo al garete. Era yo la que no podía darle hijos.
Él se merecía estar con una mujer que le quisiera y pudiera darle hijos. Algo que yo jamás podría darle.
Un mes después de nuestro divorcio me fui. No soportaba estar en la misma ciudad que él, los recuerdos me atormentaban sin cesar.
Todos intentaron convencerme para que me quedara, pero no lo lograron. Necesitaba cambiar de aires.
Así que dejé mi trabajo y a todos atrás para empezar una nueva vida lejos de ahí, lejos de él. No soportaría verle con otra mujer... y mucho menos soportaría ver cuando tuviera su primer hijo. Eso sería demasiado para mí. Por eso opté por la opción de desaparecer del mapa. Quería empezar de cero. Lejos de allí. Lejos de todo.
Al final terminé instalándome en España, trabajaba como profesora en un colegio de Madrid y la verdad es que todo me iba bien. Excepto porque sentía un vacío muy fuerte dentro de mí. Pero con el tiempo aprendí a convivir con ese vacío.
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ESTÉRIL ( TERMINADA)
RomanceEdward abandona a bella por no poder darle un hijo. Y toma distancia bella para sanar y encontrar el amor puro y verdadero.