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La brisa veraniega rozó sus mejillas, provocando un minúsculo hormigueo apenas lograba sentirla mientras intentaba dormir. Era bastante tarde. Al día siguiente tendría que levantarse temprano para ir a la escuela, pero no podía. La sensación térmica de su habitación lo hacía sentirse exasperado e inquieto.  Sólo deseaba dormir. Sabía lo mucho que le costaba dejar su cama. Por ende no le quedó de otra que recurrir a uno de los ventanales que estaban en frente suyo. Levantándose sigiloso, obvio, estaban todos durmiendo, el reloj dictaba las dos am. Y sus padres se pondrían furiosos si le encontraban despierto. 

Sus dedos tantearon con suma cautela por los finos detalles de la mampara, hasta conseguir abrirla. Procurando mantener todo bajo el silencio que inundaba su habitación desde hace varias horas.

No había sido difícil lograr su cometido. 

Al resolver su dilema, se halló unos segundos con los ojos semi cerrados. Sintiendo la frescura del exterior. Quizá el viento no se asimilaba al del invierno, pero lograba sacarlo de apuros.

Como su gran peluche de hipopótamo, quién siempre estaba en cualquier situación para brindarle compañía. Y así era. Yacía recostado, bajo las rosáceas sábanas, con la esponjosa colita fuera. 

— Moomin, ahora ambos podremos dormir tranquilos, sin este molesto calor.

Luego de haber disfrutado lo suficiente del frescor, fue musitando en la corta trayectoria hacía su cama. Acostándose con una pronunciada curvatura sobre sus labios, con la intención de terminar por rendirse encima del albugíneo amigo de felpa, aprisionandolo entre sus brazos.

— Hasta mañana, moomin. Mañana será un gran día para nosotros.

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⏰ Last updated: Feb 08, 2019 ⏰

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noren, my loyal friend.Where stories live. Discover now