Nuevo comienzo

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 Es el día de mi cumpleaños número dieciocho, la mayoría de chicas de mi edad organizarían una fiesta con sus amigos o saldrían a festejar por lo alto la "libertad" que tanto esperaron, en mi caso esa "libertad" significa que ya no tendré en donde vivir, cumplo lo mayoría de edad lo que significa que no puedo quedarme más tiempo en el orfanato. La señora Bells

me llamó unos días antes para darme el contacto de una amiga suya que podría ayudarme con un trabajo de mucama, comenzaría hoy mismo, y la verdad no me puedo quejar la mayoría de los chicos que salen de aquí no tienen nada.La señora Bells hizo mucho por mí, al igual que las otras personas que trabajan aquí, ella misma fue la que me encontró en una banca cerca del orfanato cuando tenía un año, no tenía ninguna identificación solo una pequeña pulsera con el grabado Alice W y  la fecha de mi nacimiento en el reverso. 


No tengo recurdo alguno sobre mi infncia  pero he tenido varias veces un sueño donde escucho a alguien tocar una melodía en un piano, pero no logro identificar la cancion, cuando siento que la tonada se vuelve más clara, esta es sustituida por las voces de unos hombres discutiendo, siempre despierto antes de entender de qué se trata el asunto, pero me da la sensación que es acerca de mí.Me levanté de mi cama tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a las otras chicas, aunque los resortes de mi viejo colchón podrían despertar al orfanato entero, tomé el vestido azul que una de las cocineras, la señora Mass,la encargada de la cocina me obsequió la noche anterior, me dijo que era un regalo de parte de todos los que trabajan aquí, había sido su idea y del señor Brunett, el conserje,quien la había ayudado a recolectar el dinero, esta es la primera vez que me pondré algo nuevo, toda la ropa que uso es donada y tenemos que compartirla con las demás. Cuando salgo al pasillo este se encuentra totalmente vacío, a juzgar por la poca luz que entra por una de las ventanas falta al menos una hora para el amanecer, lo que me dará tiempo para empacar mis cosas, no debería llevarme mucho tiempo, pero no quisiera llegar tarde el primer día de trabajo así que me dirigía la gran puerta de roble al final del pasillo, traté de abrirla lo más lento posible para no hacer ruido pero los viejas vigas corroídas por el tiempo y la humedad causó un fuerte chirrido, pude escuchar los quejidos que salían de la habitación más cercana.Me debatí si debía lavarme el cabello, hacía demasiado frío, pero no sabía hasta cuándo podría lavármelo de nuevo así que me quité la goma que lo sujetaba, intenté desenredar lo un poco sin mucho éxito, siempre he tenido el pelo muy ondulado lo que facilita que se enrede, tome un baño rápido, como lo supuse el agua estaba extremadamente fría, salí y me apresuré a ponerme el vestido, mis dientes no dejaron de titiritar hasta que llegué a la habitación de nuevo.

Emily una de las chicas con las que comparto la habitación, estaba sentada en la cama esperándome con un cepillo en la mano, ella es la única que podría llamar mi amiga, no es que no fuera social, me relacionaba con casi todos, es solo que preferiría no apegarme a nadie. Y así fue casi siempre hasta hace unos siete meses cuando Emily llegó, sus padres y hermana mayor  murieron en un accidente de coche y no tenía ningún familiar que se hiciera responsable de ella, no habló con nadie durante un mes hasta que un día me escuchó tocar el viejo piano que había en el sótano.

Lo habían traído años antes de que yo llegara pero nadie se había interesado en tomar clases así que lo habían dejado en el sótano, le faltaban algunas teclas ,pero yo le había insistido por meses a la señorita Priest, una de las profesoras, que lo reparara y me enseñara a tocar, yo tenía siete años para aquel entonces, con el pasar de los años me había vuelto bastante buena.

Emily bajaba a escucharme casi todos los días, me había ofrecido a enseñarle pero me había dicho que solo le gustaba escuchar, que su hermana mayor  lo hacía y le recordaba  ella,  ella solo bajaba a escucharme tocar y por las noches le encantaba practicar sus peinados en mí, me sentía un poco culpable por dejarla pero Emily acaba de cumplir doce años  y no hay forma de que pueda cuidar de ella fuera de este lugar.

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