Emeterio

El tren.

El sol es muy fuerte, la espera se prolonga insaciablemente.

¿Qué espero? No lo sé.

Desde aquel día que los guachos llegaron a hacer leva al pueblo estoy convencido de irme con cualquiera que me dé un máuser o un 30/30. No quiero pensar lo que sentirá alguien que no tiene ni para comer.

Desgraciadamente es así, aquí si no tienes dónde sembrar para comer, o te vas a la revolución o viene el gobierno y te lleva; de todos modos te matan.

Ya hay ferrocarril y se supone que eso trae modernidad, pero modernidad para quién, si mis paisanos no saben ni leer y tampoco tienen fábricas ni minas, ni hacienda. Los hacendados son unos asesinos en su mayoría.

-En ese momento, se escuchó un fuerte estruendo proveniente del patio; al salir Emeterio vio una carreta incendiandose y con un caballo lastimado.

-¿Qué pasó? –Le dijo Emeterio a su tío que estaba tratando de levantar al caballo que se había enredado en la reata al caer...

####La cortina de humo a lo lejos anunciaba al tren llegando al pueblo, pero el maquinista no sabía que adelante lo emboscarían para quitarle las armas que estaban destinadas para la tropa de guachos que estaba en Monclova, pues de ahí las iban a embarcar a Chihuahua, para tomar por sorpresa a la división del norte.

Emeterio, que no sabía muy bien por qué había terminado ahí, estaba seguro de que tenía que regresar a Cuautla a su casa a como diera lugar; ya que aunque le había dicho a Valentina que buscaría unirse a la división del norte; a estas alturas y por lo que había escuchado, ir en tren no sería posible. Aunque otra opción sería ir a caballo...

El tren llegó a la estación para abastecerse de agua, cigarros, comida y aguardiente.

La llegada del tren era la señal para que los revolucionarios, Pantaleón, Emilio, Benito, Gabriel, Jesús y Bernardo iniciaran su despliegue. Unos, Gabriel, Jesús y Bernardo subirían al tren, mientras Pantaleón, Emilio y Benito pondrían dinamita en el camino para detener el tren.

El punto dinamitado estaría en lo que los automovilistas llaman una "curva ciega", que es una curva en pendiente y quien viene de abajo no puede ver lo que hay adelante, que son muchos árboles a la orilla de la vía. En ese lugar, los revolucionarios habían pensado primero en descarrilar el tren, pero de hacerlo así, dejarían inservible los rieles y no se podrían usar para futuras expediciones. Por esta razón decidieron no hacer volar la vía, sino tomar el tren por asalto, pero usando la dinamita en un punto cercano a la vía para distraer a los guachos que van resguardando el cargamento del tren.

Mientras el tren se abastecía en la estación, tardaría unos 40 minutos en emprender su camino; Emilio, Benito y Pantaleón, se escondieron en el vagón del carbón atrás de la locomotora; para inmediatamente después de salir de la estación, cuando empezara la pendiente para subir la colina donde está la "curva ciega", tomar por asalto la locomotora, pues sólo iban resguardándola dos guachos, además del maquinista.

- Esto debe ser muy sencillo – Pensó Bernardo mientras estaban escondidos en el carbón y el tren dejaba la estación.

- ¡Bernardo! – Dijo Jesús en voz muy baja al mismo tiempo que le hacía señas indicándole que ahorcara al maquinista, pero Bernardo le dijo que no con la cabeza porque en ese momento pensó que él, el maquinista, no tenía nada que ver.

Gabriel, que estaba escondido en medio de ellos dos, les hizo señas para que esperaran; en ese momento explotó el único cartucho de dinamita que estaba al otro lado de la curva, el cuál había sido detonado por Pantaleón, Emilio y Benito, que esperaban que el tren disminuyera su velocidad para abordarlo saliendo de la curva, pero esto no ocurrió, ya que el maquinista decidió no parar, porque pensó, y lo hizo bien, que lo iban a asaltar.