-¿¡QUÉ!?- el joven Phantomhive abrió los ojos como platos. Su respiración era acelerada, no había procesado lo que estaba pasando.-
-Perdiste.- Sonrió el rubio de ojos azules, Alois Trancy.-
-N... No-
-Si- se levantó- Mhmmm no te ves muy bien, vaya...- comenzó a jugar con un mechón del cabello azulado de Ciel. Mientras que Phantomhive seguía en estado de shock.- ¿Porqué no sonríes Ciel?- tomó su rostro
-Déjame- Ciel se soltó del agarre de Alois. Volteó y comenzó a caminar a la salida.-
-Nos vemos en un plazo de 7 días, Cieluuu, jajajaja- Ciel gruñía y Alois reía.- Claude...-
-¿Si, su Majestad?-
-Gané... Le gané al gran Ciel Phantomhive, temido por muchos y adorado por pocos... Al fin, una victoria justa, él ahora es de mi propiedad-.
-Bocchan...-
-No me hables Sebastian, tengo que buscar la manera de olvidar este trato con Alois-
-No creo que pueda hacer mucho, Bocchan.-
-Cállate, sólo cállate- Sebastian sonrió levemente y dirigió su mirada para otro lado. Mientras que el carruaje seguía su curso, Ciel seguía pensando en como iba a deshacerse de la apuesta con Alois. ¿Qué era lo que se había apostado? Simple, en un juego de ajedrez. El ganador iba a ser el amo del perdedor y el perdedor iba a servir cada orden que le diera el ganador durante toda la vida. Alois ganó.