Prólogo

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La música sonaba, estruendosa, en todo el bar. Las luces de neón impedían mi visión. No entendía que sucedía ni dónde estaba con exactitud.

El lugar estaba vacío y en gran medida oscuro. Quería hablar pero mi voz no era emitida. Una sensación extraña y, ciertamente, muy desesperante.

-Debes encontrarlos antes de que sea tarde. Soluciona este puto problema y arregla aquello que han roto.

Una voz extraña nacida de la nada interrumpió la música. Volteé, casi por acto de instinto y allí se encontraba, era una mujer de largo cabello rubio, sus facciones me eran algo difíciles de definir y su cuerpo, aparentemente desnudo, estaba cubierto por lo que parecía ser una tapado hecho a base de hojas. La situación no podía ser más extraña. Iba a preguntar a qué se refería, pero seguía sin poder hablar. Intento dar un paso para intentar verla mejor pero me lo impide elevando su mano.

-No puedo perder más tiempo así que ahora debes largarte. Y recuerda, arregla está mierda que causaron porque me estoy quedando sin paciencia.

Gira su muñeca y todo se vuelve oscuro. El sonido del despertador llega a mis oídos y mis ojos vuelven a abrirse luego de un pequeño pestañeo.

Estaba en mi cama, junto a mí, la figura desnuda de un chico, lo había traído a casa la noche anterior y por lo visto decidió quedarse a dormir. No comprendía que había sucedido y mi mente no paraba de dar vueltas.

-¿Qué carajos fue eso?

Es lo único que me pregunto.

Secretos De Una Memoria Sin PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora