Imagina ser otra integrante de BTS, ¿sería diferente?
¡Toda una historia adaptada y un poco modificada, a la vida de los siete chicos de Bangtan Sonyeondan!
#4 EN BIGHIT 181212 ☆
#6 EN BIGHIT 181130
#18 EN BIGHIT 180925
#29 EN BIGHIT 180922
#35 EN...
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Después de volver de Japón, ya que dieron unos conciertos, les hablaron de su vacaciones y ansiaban que llegara el día, un mes completo para descansar era más que suficiente.
Antes de que llegara el día oficial, salieron Yoongi y tu a cenar, le debías una cena ya que apostaron a cuantas personas les darías un corazón en twitter.
Estaban felices conversando un poco de la vida, Yoongi te preguntaba emocionado por tu relación con JungKook, ya qué le interesaba saber que tipo de chico es en una relación amorosa.
Obviamente no le negaste, después de todo confiabas mucho en él, era como tu hermano...
Sin contar que inocentemente diste a entender que tú y JungKook habían tenido ya relaciones sexuales, Yoongi soltó la carcajada cubriendo su leve sonrojo.
En cambio tu vergüenza salió a flote cubriendo toda tu cara.
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-¿En serio me acabas de decir que tú y él...? -nuevamente comenzó a reír.-
-¡Ya! Oppa, fue un accidente, se me escapó... -cubriste tu cara.
Suspiró tratando de calmar su risa, pero volvió a sonreír recordando la forma en como lo dijiste.
-Esta bien, esta bien... -rió-Trataré de olvidarlo, pero el día que estén de calientes frente a mí te echaré en cara. -te sonrió macabro.
-Ay, que lindo eres Yoongi. -le devolviste una notoria sonrisa fingida. -Ya, pediré la cuenta.
-Aún sigo sin creer que te gane. -tomo lo poco que quedaba de su bebida.
-Yo quiero la revancha. -sonreiste engreída, cambiaste rápido a una sonrisa al mesero que llegó ante tu llamado en el botón de la mesa. -Me darías la cuenta, por favor.
El chico en silencio se retiro, unos dos minutos después volvió con la carta.
-Aquí está.
Leíste la cantidad del monto que debías dejar, Yoongi solamente por molestarte comió un poco más de lo normal. Dejaste la cantidad exacta para evitar otros problemas.
-Listo. -ambos tomaron sus cosas para retirarse.
El mesero les despidió con una reverencia al igual que ustedes a él.
-Ah -suspiro- Quedé muy satisfecho. -sobo su estomago.
-Te aprovechas que ya soy mayor de edad Min Yoongi... -entrecerraste los ojos viéndolo.
-¡Es la primera vez que te veo pagar! -salieron del restaurante.
-Es de mala educación que yo pague, ¿no? -reiste.
-Olvidalo mocosa. -rió acariciando tu cabeza.
Caminaron varias calles, y algo estaba realmente mal, alguien estaba siguiéndolos, por momentos pensabas que los pasaría de largo, pero no, mantenía la distancia y escribía en su teléfono.
Llegaron a una parada de autobuses, y aunque no se subirían a uno de ellos, querían identificar un poco.
Se quedaron ahí a lado hablando tranquilamente, o fingiendo estarlo, resultaba que era una chica de baja estatura, más baja que tu, que indiscretamente les tomaba fotos.
Yoongi y tu comenzaron a bobear viendo los carteles de los locales.
Volteaste a una pequeña pantalla que daba a los horarios de los autobuses. Un golpe en tu hombro por parte de Yoongi, te saco de tus pensamientos.
La chica corrió cruzando la calle, y Yoongi a tu lado muy serio.
-¿Qué sucedió? -te pusiste frente a él, asustada.
-Trato de besarme... -susurró serio, pero fuera de si mismo.
Automáticamente tu sangre hirvió, volteaste tratando de buscarla, aunque era inútil nunca le viste la cara ni viste más allá de su baja estatura.
-Vamonos de aquí... -dijiste seria tomando la mano de Yoongi.
Caminaron unas cuantas calles, buscando un taxi para poder ir a casa, ya era demasiado peligroso estar a esas altas horas de la noche.
Uno inmediatamente paró a lado de ustedes, hiciste que Yoongi subiera primero.
-A Gangnam... -le indicaste al conductor.
Yoongi ya estaba perdido en sus pensamientos viendo a la nada.
-¿Estas bien...? -colocaste tu mano en su hombro.
-¿Cómo pueden haber chicas tan enfermas como ella? -volteo a verte.
Estaba rojo de la ira...
-Existen chicas muy obsesionadas, Yoongi, y... Son los riesgos que estamos corriendo como figuras públicas.
-Ellos conocen mis problemas, ¿no? -te miró a los ojos.
-Ellos no, pero yo si... Lo importante es que no pasó a mayores.
-Eso es lo único bueno de todo. -tomó tu mano para tratar de sentirse mejor.
-Aquí siempre estaré para ti, en las buenas y en las malas.
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