Desperté temprano sin alarma, solo faltaban 3 dias para dejar mi ciudad. El sol estaba comenzando a salir y se anunciaban olas enormes para hoy en Arenas Verdes, mi ciudad. Desde pequeña me gustó surfear, al igual que a mi padre, quien me enseñó todo lo que sé.
Me calzo el traje de baño y salgo para tomar algo de desayuno, mi madre estaba preparando jugo con un sándwich, ya que sabia lo emocionada que me traía esta oleada y estaba un poco nostálgica por mi partida.
Al salir, con mi tabla en la mano, miles de sensaciones me recorrieron la columna vertebral, mis ojos se empañaron, estaba extrañando mi ciudad sin siquiera haberme ido. Estas semanas habían sido una montaña rusa de emociones, pasé los mejores ratos en fiestas con mis amigos, todos los días era una despedida, pero como todas las despedidas, tiene su trago amargo, largas charlas sobre lo mucho que nos íbamos a extrañar y tener que ver sollozar a mis padres afirmando que la casa no seria igual sin mi ruido de todos los dias ya que se quedarían solos cuando me fuese, me partían el corazón.
Mirando el mar, unos ojos verdes se aparecen en mi cerebro y no puedo evitar sonreir de lado, triste, mientras la primer lágrima brota de mis ojos. Me siento en la arena con mis rodillas pegadas a mi barbilla y mis brazos cruzados sobre ellas pensando en Alejo, la noche anterior me había dormido llorando por nuestra discusión. Yo claramente todavia lo amaba, como él a mí pero no podía abandonar la oportunidad de tener una Beca en España por un noviazgo, habíamos sido amigos desde siempre, nuestros padres se conocían de toda la vida, por lo que no costó que nos amistáramos desde muy chicos, con el paso del tiempo, esa amistad se transformó en pequeños celos, roces entre nuestras manos y pequeños detalles que nos hicieron darnos cuenta de que estábamos enamorados,hasta que un dia pasó, me robó un beso fugaz a los 15 años, nos miramos, sonreímos y repetimos la escena hasta quedarnos sin aire, nuestra relación era la envidia entre la gente de nuestra edad, ya habian pasado cinco hermosos años, no teníamos prohibiciones, no teníamos escenas, aunque sí una fugaz pelea que s otra que culminaba al momento que nos mirabamos a los ojos, yo solo tenia a mi chico, con su sonrisa perfecta, su cabello castaño rizado y unos ojos para morirse, bueno, inteligente y que me amaba.
-Hola Hollywood- dice alguien en tono sereno sentándose a mi lado en la arena.
Solo podía ser una persona, ya que es el único que me llama así, ya que mi padre es extranjero y decidió ponerme un nombre un poco excéntrico como California, y de ahi viene el sobrenombre Hollywood que usa Alejo.
Le dedico una sonrisa y vuelvo a mirar al mar en lo que seco mis lagrimas provocadas por simplemente pensar en él.
-No puedo verte así...- Dice pasando su brazo sobre mi hombro, a lo que respondo tomando su mano. -Perdón por lo de ayer, estaba triste y enojado. Sabes que te apoyo en la decisión que tomes, y se que es tu sueño ir a esa universidad, te voy a extrañar, es solo eso.- Y esboza una media sonrisa con sus hermosos ojitos empañados.
Me explota el corazón.
Nos miramos fijamente, los dos llorando pero sonriendo mientras unimos nuestros labios en un beso, sus labios se sienten tan bien. Coordinamos a la perfección, desde el primer día, el beso se intensifica, y me sorprendo cuando me carga en sus brazos cual recién casados dirigiéndose a una cueva a la que íbamos desde niños.
Al llegar apoyo las puntas de mis pies en el suelo sin dejar de besarle, acaricio sus suaves rizos rozando su nuca, el aprieta mis muslos pegándome mas a su cuerpo, llevo a mi mano a su erección acariciándola robando un gemido ronco de mi novio, ambos nos miramos y me lanza una sonrisa de lado... pervertido. Él me acorrala contra la pared, se deshace de mi traje de baño y comienza a penetrarme aumentando el ritmo lentamente. Le jalo el cabello mientras beso su cuello, siento nuestros alientos tibios mezclados y en medio de la excitación siento una punzada al saber que seria la ultima vez que sentiría nuestros cuerpos siendo uno.
Nos metemos al mar, exhaustos, por un momento me había olvidado de la oleada, vuelvo a casa, invitando a Alejo a cenar.
Esa noche dormimos juntos, solo dormimos, vimos películas, charlamos, lloramos, reímos y nos acurrucamos, lo iba a esperar, se lo prometí, él era el amor de mi vida, no tenia duda de eso. Aunque debíamos saber si estábamos preparados a soportar años en los que ambos conoceríamos a otras personas.
***************************************************
Hola! espero me acompañen en esta historia, tengo muchas ideas para Calu en España, será Alejo el amor de su vida? espero la sigan y escucho ideas♥
En multimedia la casa de California con salida al mar.
YOU ARE READING
New Waves
Teen FictionMe encontraba con las uñas totalmente mordidas, mis valijas y pasaporte en mano para hacer el Check In en el aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires. Estaba dejando atrás mi vida para mudarme a San Sebastian, España a estudiar la carrera de mis sueños. D...