Capitulo11. Gabriel y sus corrientes eléctricas

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Había despertado con la alarma de mí celular, esta sí funcionaba. Me levanté y me di una ducha rápida. Hoy era viernes y no quería estar nada formal, así que solo me vestí algo fresco. Dejé mis cabellos sueltos y me fui a mi clase.

La clase de fotografía pasó rápido. En un abrir y cerrar de ojos, ya que estaba en el receso.

-Hola Melanie. –Dijo Dylan dándome un beso de saludo y sentándose a mi lado. Le acepte el beso yaqué en la mañana antes de llegar a mi clase, me busco y se disculpo diciendo lo mismo del mensaje, como no había sido nada tan grave lo perdone en el momento.  

-Hola Dylan, ¿Cómo amaneciste hoy?-Dije, mirando por encima de su hombro y me di cuenta de que Gabriel me miraba molesto, como si algo le incomodará o importara. No le di mucha importancia, aunque me dejara con la intriga saber que lo ponía así

-Melanie, ¿Me escuchas? Estoy bien, gracias. Andas muy distraída, ¿te sientes bien?

-Am, sí, estoy bien, solo un poco distraída. –Dije mirando hacía el mismo punto. –Hola chicos. –dijeron Ana, Pat y Alejandro sentándose al frente de nosotros. –Hola.- Dijo Dylan con el seño fruncido mientras volteaba a donde se dirigía mi vista anteriormente. Y se encontró con la fulminante mirada de Gabriel. –Melanie…-Dijo Dylan en un susurro molesto, mientras se me quedó viendo fijamente. Algo que me preocupo al sentir su dominante mano encima de mi pierna. -¿Umm? –Fue lo único que me salió. Ya me estaba cansando que fuera tan dominante y ya no me gustaba tanto como… Y mis pensamientos fueron totalmente interrumpidos cuando me agarro de las mejillas, Dylan me dio un beso tan…tan apresurado, le seguí la corriente pues claro, me gustaba un beso de esa manera. Aunque me molestaba que solo fuera la segunda vez de un beso así con él, y no es necesario aclarar que este beso fue gracias a los celos de Dylan.

Después de terminar el beso me di cuenta que Gabriel junto a su mochila, la cual fue  agarrada de una manera muy brusca, se fue de la cafetería. –Dylan, ya vengo. –Le dije a Dylan. Al salir de la cafetería me fui en búsqueda de Gabriel arreglaría todo de una vez. Y ahí estaba, en el medio del pasillo recostado de la pared mientras fumaba.

-Gabriel. –Me acerque a él. -¿Qué te pasa conmigo? Sé que empezamos con el pie izquierdo y que ayer tenías razones para estar molesto. Pero te comportas extraño y quiero que me lo expliques ya. 

-No me pasa nada, niña. Además, no fue mentira lo que dije en la cafetería. No deberías estar con un tarado como él. Eres mucho para él. –No podía creer, ¿Me estaba alagando? –Y según tú, quien es suficiente para mí. –Le pregunte ya estando al frente de él. De un momento a otro Gabriel me tomo de la cintura. –Eso lo tienes que averiguar tú, Melanie. –Dijo acercando  nuestros labios, muy cerca de pegarlos. Mientras me acorralaba y me ponía a mí en la pared, pasando su mano derecha a un lado de mi cabeza y la otra en mi cintura para que no me moviera.

-Hasta que por fin dices mi nombre. ¿Tan difícil era?

-Como sea niña. ¿Ya pensaste bien mi propuesta? –Dijo susurrando en mi oído.

Cuando me susurro al oído, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo entero, como una corriente eléctrica. Esto era muy extraño, nadie me había hecho sentir este tipo de corrientes y menos con un susurro tan simple como ese. *Ni siquiera tu novio* Sobresalió esa frase en mi cabeza. ¿Qué pasaba?

-¿Pensarlo? No tengo nada en que pensar, dije que no y así se queda. –Dije apartándolo. Ya me estaba poniendo nerviosa. Aunque él se resistió

-¿Por qué te complicas tanto Melanie? ¿Por qué eres la única que me rechaza? ¿Por qué simplemente no aceptas como las huecas rubias de la universidad? –Me decía Gabriel muy cerca de mis labios mientras me miraba los ojos.

-Por esa misma razón.-Dije poniendo mis manos en su pecho. –Tú eres un niño lindo y por eso todas te aceptan, ya tienes tanta confianza en que todo saldrá como planeas, que no soportas que una chica como yo, te rechace.¿ Y sabes? Otra razón, es que, yo, no soy como las rubias huecas a las que estas acostumbrado.

Se quedó paralizado por un segundo, viéndome con cara de asombro y confusión. Al parecer no estaba acostumbrado a que le dijeran la verdad o, por lo visto, yo había sido la primera en decirla.

-Esto no se queda así niña. –Dijo soltándome.

¿Irónico?, claro. Yo tratando de arreglar todo y parece como si le hubiese echado más agua sucia al rio.

Me quede unos minutos en el pasillo y cuando estaba a punto de entrar, ya era la hora de regresar a clases. Ya se me estaba haciendo costumbre esto de no comer en el receso y terminar con un drama diferente.

Gracias a dios mañana era sábado. Y creo que saldré con mis amigos y mi novio o algo así me dijo el coro de Anais y Patricia.

Mi Vida Es perfecta Junto A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora