Capitulo 4

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Capitulo 4

Se puede ver a Shiro lavando ropa detrás de la academia

-Que bueno que se lavar ropa, aunque ahora que lo pienso, ¿Por qué tengo que lavar la ropa?-

Decia en voz alta lavando la ropa tranquilamente,

-Ah, cierto, tenia que buscar una escusa para que Louise pudiera hablar a solas con Ophis-

Continuo mientras cantaba una canción, pero en eso llega Siesta

-Shiro-san-

Dijo con calma

-Ah, ¿Siesta? ¿Cómo estas?-

Dijo sonriendo a la pelinegra

-Yo estoy bien, ¿Necesita ayuda?-

Pregunto de manera educada

-¿Mmhn? Me gustaría algo de ayuda, pero también, no hace falta tanta educación conmigo, simplemente dime Shiro y no te preocupes-

Dijo sonriendo, algo que sonrojo a la pelinegra, para luego acercarse y ayudarlo a lavar la ropa

Luego de eso, se quedaron hablando por un rato

-Shiro, yo, Te agradezco por todo-

Dijo Siesta inclinándose, mientras que Shiro se dio cuenta de lo que sucedia

-Siesta, dime que sucede, se que puedo ayudarte-

Dijo con seriedad, mientras que Siesta miro a otro lado, pero Shiro la tomo de sus mejillas e hizo que lo mire de frente

-Yo, yo, no me quiero ir-

Dijo mientras comenzaba a llorar

-No quiero estar lejos de las personas que considero mi familia, no quiero irme de aquí-

Decia aun llorando, pero esta vez se acurruco en el pecho del pelinegro

-Tranquila, cuéntame todo-

Dijo mientras se sentaba con Siesta en su regazo, la cual empezó a contarle todo acerca de que el conde con cara de pervertido de closet se la quiere llevar y tenerla de amante, además de que el director lo aprobó, pero también de que no se podía negar a la petición de un noble

-Bien, al director no lo mato, pero si lo castro con una cuchara oxidada-

Dijo de manera sadica, mientras que en otro lado el director de la academia se cubria sus partes con un escalosfrios muy fuerte

-Siento peligro, mucho peligro para mi amigo-

Dijo con miedo, mientras que la señorita Longueville lo miraba raro, pero también tenia un sentimiento de satisfacción al verlo de esa manera

Volviendo con Shiro, este estaba consolando a Siesta

-Esta bien, no te preocupes, yo arreglare todo, dime ¿Cuándo te iras?-

Pregunto con calma

-Mañana a la mañana-

Dijo ya mas tranquila, a lo que Shiro asintió

-Bien, entonces, mañana te seguire y en cuanto llegues, espera un poco y te sacare de ese lugar, el conde firmara que te puedes ir y no habrá problemas, además, si no quiere. Tengo mis formas de convencerlo-

Dijo lo ultimo con una sonrisa sadica, que aunque da miedo, a Siesta le hizo que su corazón latiera con fuerza

-Bueno, nos vemos mañana, no prepares muchas cosas, después de todo, no estaras ni un dia con ese sujeto-

Shiro the Zero no TsukaimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora