Capítulo único

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Pasó la página del libro con un suspiro, era una novela de amor y estaban en la parte de la confesión, se sentía identificado con esos personajes, sonrió un poco al ver que era correspondido, ¿como no? Era un  libro de amor juvenil desarrollado en un instituto, ¿Como no iban a terminar juntos?

Alzó un poco la vista, encontrándose con el azabache tumbado en su cama, donde él mismo estaba sentado apoyado en "la pared". Stan estaba echando la siesta, arropado con su misma chaqueta marrón, acarició su cabeza con la yema de los dedos y sonrió levemente. Siguió su lectura con normalidad, enternecido por la ternura que emanaba durmiendo.

- ¿Porque no me mimas a mí?- escuchó a su espalda, sonrió y puso ojos en blanco, se re-acurrucó contra el cuerpo del rubio y le sonrió un poco, acariciando un costado de su cabeza, igual que a Stan.- Gracias, pequeño- sonrió llenándolo de besos en el cuello y mejillas, sacándole una pequeña risilla al menor.

Prosiguió con su lectura una vez más, sintiendo el calor corporal del rubio a su espalda, como éste sacaba su teléfono y se apoyaba en su cabeza a mirar sus notificaciones o a cualquier cosa con la que pudiera entretenerse. Suspiró. Estaba a gusto allí, el calor, la suavidad de las caricias y la acción de soplar sobre su cabello sin ushanka. También le robaron el gorro a Stan, dejando los dos sobre la mesa, aprovechándose de la inconsciencia de Stan para darle un par de besos y caricias, a ver si se despertaba por las cosquillas, pero no, se ve que estaba agotado después de toda la semana, el juego que había tenido de fútbol americano y los exámenes que habían tenido esos mismos cinco días, reconocían que estaban todos cansados, pero para eso habían quedado, para estar juntos ese fin de semana en el que el pelirrojo estaba solo, sin hermano, ni padres que los vigilaran.

Al acabar el capítulo, dejó el punto de libro en la página y cerró el mismo, dejándolo en el escritorio.

- ¿Qué pasa?- preguntó al ver como se dejaba caer sobre su hombro, le acarició la frente delicadamente, apoyando la sien contra la suya.

- ¿Algo tiene que pasarme?- se rió un poco sin mostrar los dientes- Estoy aburrido- masculló haciendo una mueca con el labio inferior.

El rubio deslizó una mano dentro de su camiseta blanca y rió un poco el frío tacto, estremeciéndose, puso una mano sobre la del otro y cerró los ojos acurrucándose y dejándose hacer por el otro, suspirando de vez en cuando, el tacto frío poco a poco se volvía caliente, le provocaba suaves espasmos por los roces.

- ¿Quieres que siga?- le susurró de forma erótica y sensual en su oído, provocándole un espasmo en el cuerpo, pero le gustaba.

- haz lo que quieras- dijo sin darle importancia sin abrir los ojos, solo dejándose hacer, dejando caer las manos sobre las sábanas.

- párame cuando creas que me esté pasando- advirtió en un susurro colando la otra mano en el interior de la camiseta del pelirrojo, provocándole otro espasmo por lo gèlida que estaba su mano, soltó un suspiro placentero, profundamente, igual que la inspiración, y posteriormente la expiración, sonrió sin mostrar los dientes.

Y se hizo el silencio.

Una vez sus manos estabas más o menos calientes, o acorde con la temperatura corporal del pelirrojo las caricias ya se hicieron más agradables, calentando su piel a cada pasada, si cerraba los ojos se estaba mejor, pero no tenía consciencia de lo que sucedía, pero le daba igual, simplemente se dejaba hacer, total, ¿Si le gustaba porque se iba a quejar? La única queja que podía poner era el frío, pero ahora mismo no, se sentía como un gato buscando el tacto de las caricias, y eso en cierta parte le parecía gracioso.

Ah, no, eso ya no estaba bien, ¿En que momento habían cuatro mano rozando su piel? Abrió los ojos sorprendido de ver a Stan sonriendo levemente, son mostrar los dientes, delante de él, y al verlo en plena consciencia y visión se acercó a besarlo lento, delicado.

103.- Somos un **** (Stylenny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora